De carácter efervecente, Topo Chico llega a la Ciudad de México con su inigualable mezcla natural de minerales, sus distitivas burbujas junto con un diseño en tonos amarillo y rojo la hacen una bebida irresistible.
Su origen, al igual que su nombre, proviene del manantial ubicado en el cerro del Topo Chico en San Bernabé, Nuevo León.
Creada hace más de 120 años, ha tenido una gran aceptación en el mercado estadounidense. Su años de experiencia la han hecho una bebida con sabor especial.
Su leyenda que narra la gran travesía que realizó la hija del emperador Moctezuma, para poder curase bebió de las cristalinas aguas del manantial del cerro del Topo Chico.
Gracias a sus componentes que generan un sabor único, es ideal a la hora de maridar con alimentos, además al ser extra burbujeante logra ser el mejor complemento para la hora del café y la mixología.
Por lo que Estudio Millesime se convirtió en el lugar perfecto para que de la mano de la sommelier Laura Santander y el reconocido chef Gerardo Vázquez Lugo, brindaran una experiencia gastronómica en las que se incluyó un recorrido gastronómico con platillos como: ceviche de callo de hacha con cítricos, consomé aromático a la lima, hirasama en escabeche colorado marinado con Topo Chico y ante virreinal, los cuales maridaron a la perfección con esta agua mineral mexicana.