Sin duda la arquitectura ha estado bajo el dominio masculino por muchos años pero cada vez más son las mujeres que se atreven a incursionar en esta profesión. Tal es el caso de las irlandesas Yvonne Farrel y Shelley McNamara quienes son pioneras en ser galardonadas con el premio Pritzker de este año.
El premio mejor conocido como el Nobel de Arquitectura es concedido anualmente desde 1957 y patrocinado por la fundación estadounidense Hyatt. Es otorgado ha quiénes hayan producido consistentes y significativas contribuciones a la humanidad a través del arte de la arquitectura.
Las obras arquitectónicas de Grafton Architects, el estudio en Dublín liderado por las ganadoras, se destacan por una arquitectura de gran potencia formal, influida por la ondulada orografía y los dramáticos acantilados de Irlanda, así como por el respeto por el medio ambiente y la historia del lugar, el dominio del entorno y la construcción artesanal que brinda espacios más íntimos en equilibro entre fuerza y suavidad en cada una de sus creaciones que las hace merecedoras de este premio.
“A veces nos ha costado encontrar espacios en los que implementar nuestros valores de humanismo, artesanía y conexión cultural con los que trabajamos; por eso este premio es sumamente gratificante”, añadió McNamara.
Hay que destacar que en términos de género, solo tres mujeres han ganado el galardón: Zaha Hadid (2004), Kazuyo Sejima (2010, junto a Ryue Nishizawa) y Carme Pigem (2017, junto a Ramón Vilalta y Rafael Aranda), pero este año es la primera ocasión en que todo un equipo femenino es ganador.
Entre las obras más destacadas de las también profesoras de arquitectura se encuentran la Universidad de Ingeniería y Tecnología UTEC en Lima (Perú, 2015), el Department of Finance en Dublín (2009), la Universita Luigi Bocconi de Milán (2008) y el School of Economics de Toulouse (2019).
Además han visto como su obra ha sido reconocida ya que en 2018 fueron comisarias de la Bienal de Venecia de Arquitectura, dedicado al concepto “Freespace”; años antes, en 2012, recibieron el León de Plata de la ciudad italiana por su proyecto “Arquitectura como Nueva Geografía” y, en 2019, recibieron el Royal Institute of Brithish Architects (RIBA), el máximo galardón de arquitectura inglés.
