Infatuados con su capacidad para resolver con naturalidad y elegancia las situaciones más complicadas, el público se olvida que James Bond es de carne y hueso. Pero la saga nos ha dado muchas pistas: lo hizo en On Her Majesty’s Secret Service cuando se casó; en Four Your Eyes Only cuando visitó la tumba de su mujer, y ahonda mucho más en su lado humano desde que Daniel Craig se metió en la piel de 007.
Ahora, Bond es un hombre con pasado y en No Time to Die el actor profundiza en su historia personal, hasta el punto de despedirse del personaje. “Hemos tomado la misma dirección de las películas anteriores, mejorando. No tengo una frase para describirlo exactamente, pero Fukunaga ha conseguido que la película sea espectacular”, aseguró.
“El personaje ha ido evolucionando a lo largo de los años. La saga lleva en pantalla 55 años. La sociedad ha cambiado y Bond ha cambiado. Cada actor que lo interpretó lo hizo mostrando su personalidad. Roger Moore fue diferente que Timothy Dalton; Pierce Brosnan fue muy distinto a George y Sean [Connery] fue quien sentó las bases del personaje. Yo empecé con Casino Royale con un Bond muy crudo. La personalidad de este agente secreto ha ido evolucionando conmigo en estos años, en los que lo he estado creando”.
Dirigida por Cary Joji Fukunaga, el primer realizador a cargo de una cinta de James Bond sin pasaporte británico, la cinta ha sido escrita por la guionista de moda en Hollywood, Phoebe Waller-Bridge, la mente detrás de la exitosa serie Fleabag de Amazon Prime. La presencia de Walter-Bridge, ante la primera película de Bond que se estrena desde el advenimiento de la era #MeToo, sugiere que el mujeriego personaje de Ian Fleming también se ha visto obligado a aclimatarse a los nuevos tiempos.
Daniel Craig se enfrenta al villano protagonizado por Rami Malek en su despedida de James Bond. Sabemos que Malek interpreta a Safin, un malvado experto en tecnología que quiere, a su manera, salvar el mundo. Obviamente, 007 está para impedir que lo consiga. Las películas de James Bond son enormes y ponen a prueba a los actores que las interpretan, Malek no es diferente, frente a él se encontró un mega presupuesto, una actuación repleta de acción y de acrobacias filmada en una variedad de lugares exóticos.
Eventualmente, Bond tendrá que enfrentar de nuevo a Franz Oberhauser, interpretado por el austriaco Christoph Waltz. “Christoph es uno de los mejores actores del momento y nosotros tenemos mucha suerte de contar con su presencia. Me sorprendió cómo saca partido a su papel de la mejor forma posible”, admitió Craig. El actor nos explicó lo orgulloso que se siente de participar en No Time to Die, donde Malek se suma a una larga lista de villanos en la historia de esta saga.
La cinta nos presenta a un Bond lejos del servicio activo que disfruta de una vida tranquila en Jamaica. Su paz se verá interrumpida cuando su viejo amigo de la CIA, Felix Leiter, aparece pidiendo ayuda. La misión de rescatar a un científico secuestrado resulta ser mucho más traicionera de lo esperado, algo que llevará a Bond a enfrentarse con Safis, un misterioso villano armado con nueva tecnología muy peligrosa.
Gracias a Daniel, el famoso espía británico creado por Ian Fleming se adapta a los tiempos del milenio. Este Bond, vulnerable y menos mujeriego, se ha metido en el bolsillo a las generaciones amantes de los videojuegos. Basta mirar los números de las últimas entregas para comprender la buena forma con que se mantiene el personaje más famoso del imperio anglosajón: “Es tan exigente ahora como lo fue en el pasado. Es un papel genuino y auténtico para el que es necesario trabajar duro”, dice Craig.
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Vestido de Tom Ford, con su clásico Aston Martin y sus dry martinis, 007 regresa a las pantallas con No Time to Die. “Rodar James Bond no se parece a nada. Es el rodaje más largo que un actor puede experimentar porque dura ocho meses. Es algo extraordinario que te lleva por todo el mundo. Hemos estado en Jamaica, en Londres, en España… Me pellizco por las mañanas para creerme que he podido conducir un Aston Martin pegado al Coliseo. Es realmente sensacional”, explica Craig, quien confiesa que en su adolescencia soñaba con tener un vestuario hecho a medida. “Me encanta el estilo de Bond.
Siempre deseé vestir con trajes sastre diseñados para mí; fantaseaba con tener un traje a medida. Casino Royale, En No Time to Die, el vestuario y los accesorios también se adaptan al milenio y a la tecnología”. Para Craig el rodaje de este filme fue complicado porque se rompió un tobillo y acabó deteniendo la filmación durante dos meses. “Lo más importante en el proceso de rodaje de un filme son los fans. Hacemos las películas para ellos. Yo no me paro a pensar en las expectativas porque lo importante es hacer bien mi trabajo.
Fue difícil superar mi lesión, pero me recuperé sin problemas a pesar de las prisas”. Daniel Craig se confiesa tímido, pero Bond lo convirtió en uno de los actores más famosos de Hollywood. “Uno lo piensa antes de firmar porque la fama es inevitable cuando te rindes al personaje. No puedo esconderme de la prensa ni de lo que significa el personaje. ¿Qué voy a hacer?”. Considerado un actor que nunca sonríe, a Craig le confunde esa afirmación. “Si andas por una calle y tienes a dos tipos siguiéndote y tomando fotos todo el tiempo, tampoco sonreirás.
Es agobiante. Yo vivo mi vida y no me preocupo por ellos. Sé que no soy una persona alegre, dispuesta a hablar con quién sea después de un largo vuelo. Ése no soy yo”. Antes de despedirse, le pregunto si se le ha cruzado por la mente la idea de ser conocido sólo como James Bond: “Claro que ha cruzado por mi cabeza. Para ser honesto, a veces pienso que si todo me sale mal, habré ganado lo suficiente como para vivir en una isla bebiendo cocteles con un bronceado curtido por el tiempo. Esa idea, a mí, me suena muy bien”.
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Léa Seydoux returns in #NoTimeToDie as Madeleine Swann. Here’s her @townandcountrymag cover.