Deportes Unidos Por México hará subasta en apoyo al Covid-19

Una vez más las propiedades deportivas y equipos integrantes de Deportes Unidos Por México tomaron acción para apoyar a la afición mexicana ante la pandemia por Covid-19: en alianza con Morton Subastas, celebrarán una subasta digital integrada por objetos y experiencias representativas de cada miembro para reunir recursos económicos que se donarán al proyecto “Sumamos por México” – encabezado por Fundación Carlos Slim y Fundación CIE.
 
A través de la plataforma de Morton Subastas, la subasta será por tiempo determinado y estará activa a partir del lunes 6 al domingo 19 de julio. Los amantes del deporte podrán adquirir artículos y experiencias de sus propiedades deportivas favoritas a los que de otra manera no podrían tener acceso; con ello, la afición mexicana pondrá su granito de arena desde casa.
 
El FORMULA 1 GRAN PREMIO DE LA CIUDAD DE MÉXICO Presentado por Heineken colaborará en esta subasta con: un (1) pase doble para el Gran Premio de la Ciudad de México 2020 con beneficios especiales durante el evento, un (1) par de guantes enmarcados del piloto mexicano Sergio Pérez y un (1) cuadro enmarcado de réplicas a escala de los posters oficiales de las cinco ediciones de la carrera mexicana.

La subasta se llevará a cabo a través de https://www.mortonsubastas.com/subastas/deportesunidosmexico/ y se podrá participar dando clic en el botón “Participa en Línea”, donde se pedirá al interesado un registro con sus datos personales. Una vez que inicie el periodo de la subasta, el 6 de julio, los interesados podrán hacer una oferta por el lote de su interés; si esta oferta es superada se les notificará a los participantes vía correo electrónico, brindándoles la opción de mejorar su puja. El proceso continuará de esta misma manera hasta el cierre de la subasta el 19 de julio. Una vez que ésta haya terminado, el ganador recibirá una alerta y las instrucciones para recoger su pieza bajo todas las medidas de seguridad.
 
Deportes Unidos Por México extiende la invitación a todos los amantes del deporte que deseen ayudar a que estén atentos a las redes sociales de todos los miembros y al sitio web oficial de la alianza deportesunidospormexico.com, para unir esfuerzos que impulsen a México en estos momentos difíciles.

 

Si sólo hubiera dos sillas para sentar a los mejores fotógrafos del s. XX, sin duda una de ellas sería  para Irving Penn. El gran genio de la imagen que revolucionó la fotografía, lo mismo retrataba una colilla que un cuadro, unos labios rotos de color que a los grandes intelectuales de la época como Truman  Capote, Marcel  Duchamp  o Picasso. Con la misma fuerza y el mismo talento trataba la mirada de un sabio que un objeto sin vida. Sus imágenes cambiaron la historia de Vogue y otras revistas de moda. Siempre rozó el límite de la fotografía con ironía y exceso, ya fueran modelos de muchos kilos o labios con herramientas.

Se celebran los cien años del nacimiento del artista con una exposición antológica en el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York que reivindica su figura bajo el título de Centennial. Decía Ivan Shaw, director de fotografía para Vogue, que Penn todo lo hacía bien: el retrato, la moda, los objetos. Pocos fotógrafos son capaces de moverse con tanta facilidad en las alturas. Su blanco y negro no te dejaba indiferente, pero sus imágenes de lifestyle estaban llenas de vida. Sus trabajos publicitarios para firmas como L’Oréal y su tratamiento de la imagen  rompió para siempre la barrera entre lo comercial y la artesanía. Como él decía, retratar un pastel también puede ser arte.

Hijo de emigrantes rusos, la pintura siempre fue su sueño, pero con sus instantáneas creó obras tan inmortales como las que aparecen en los lienzos. Por eso, ahora el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York le rinde un merecido tributo y celebra el centenario del nacimiento del artista. Sus trabajos meticulosos hacían pensar a los críticos que se pasó media vida detrás de la cámara y la otra mitad en el laboratorio o pensando en composiciones.

Cualquier fotógrafo de estudio hoy tiene en Irving Penn la mayor referencia, pues hasta la colilla de un cigarro tras un disparo se convertía en una obra única. Sus primeras imágenes en revistas de moda fueron retratos impecables de alta costura, con una elegancia sorprendente y una luz que cambió la mirada de las publicaciones de estilo. Su capacidad para pasar de los ojos de un pintor a una naturaleza muerta es admirable. La exposición Irving Penn: Centennial repasa como nunca antes todas las disciplinas que dominó el artista, con 70 años de carrera en imágenes de gran impacto en soportes y técnicas como la fotografía, el grabado o la pintura.

La muestra recorre sus diferentes caminos: carteles para la calle, incluyendo ejemplos de trabajos tempranos en Nueva York, el sur de Estados Unidos y México; moda y estilo para varios títulos internaciaonales y con muchas fotografías clásicas de Lisa Fonssagrives-Penn, la ex bailarina que se convirtió en la primera supermodelo, así como en esposa del artista; retratos de indígenas en Cuzco, Perú; pequeños cuadros de trabajadores urbanos; rostros de personajes de la cultura muy queridos, que van desde Truman Capote, Joe Louis, Picasso y Colette a Alvin Ailey, Ingmar Bergman y Joan Didion; retratos de los ciudadanos de Dahomey (Benin), Nueva Guinea y Marruecos vestidos de manera fabulosa; los últimos muertos de Morandi; desnudos voluptuosos; y gloriosos estudios de color sobre las flores.

La belleza en su concepción original. Además, se aprecia cómo el artista va transmitiendo las tendencias culturales de la época, y también su capacidad para hacer retratos comerciales. Su cuerpo de trabajo también muestra el auge de la fotografía en los años 70 y 80, época en que las revistas de moda tienen su esplendor. Pero el mundo sofisticado en el que vive Irving contrasta con sus fondos sencillos. Un rincón, una esquina le servían como gran escenario. De hecho, su lienzo preferido estaba hecho de una vieja cortina de teatro encontrada en París, que había sido pintada suavemente con unas nubes grises y difusas. Este telón de fondo siguió a Penn de estudio en estudio.

Otros puntos destacados de esta magna exposición incluyen imágenes recién desenterradas del fotógrafo desde su tienda de campaña en Marruecos, algo inédito que descubre al artista lejos del glamur, como por ejemplo lo que realizó en México o en Cuzco, con retratos sobrecogedores.

Así, las formas, los rostros, las sombras, las miradas y la rebeldía hacen inmortal la obra de Irving Penn. Impactos provocativos, como desnudos voluptuosos o detalles sutiles, cuando en su foto de moda retrata a la modelo descalza, cansada ya de tanta sesión fotográfica. Elegancia y rotundidad, provocación y belleza, dos registros que sólo un genio como él puede llevar a la máxima expresión.

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