El desfile que nunca pasó, con una mirada onírica, casi como un sueño los modelos, han paseado como sombras, eso si con una elegancia que recuerda a la edad dorada de la marca, con el negro y el monocolor como protagonistas. Sobriedad, estilo, cortes impecables en los trajes, silueta estrecha, abrigos largos y estiliados.
Artistas como Jurgen Teller o Martine Syms han participado en la puesta en escena con cinco obras de arte encapsuladas. La silueta femenina también recupera sencillez, pero estilo y mucho glamour. Blanco y negro protagonistas para el verano de la nueva realidad. La línea Rossa también estuvo presente con el blanco como protagonista. Un desfile de múltiples miradas, que acentuaron el carácter artístico de la marca, su visión inteligente de la moda. Vestirá la primavera de una moderna elegancia.
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