Gentleman y Don Julio se quitan el sombrero ante empresarios y chefs que se reinventan. Tres nombres nos acompañan. César de la Parra, chef veterano y ahora director de operaciones del grupo Carolo que crece en México y Estados Unidos. Fernando Martínez Zavala, un chef que ama el producto y tuvo el coraje de abrir su restaurante Migrante, en plena pandemia. Y la prestigiosa Lula Martín del Campo, que vio perder su clientela en Cascabel, rodeada de oficinas y corporativos, por lo que creo un nuevo restaurante que busca su recetario en la cocina del mar, Marea.
Nunca habían estado tanto tiempo los chefs lejos de sus cocinas, lo han pasado mal, pero el sector ha demostrado ser fuerte y han dado ejemplo de trabajo duro, se han reinventado y no han olvidado que el trabajo de un cocinero es hacer feliz a la gente, como nos dicen nuestros protagonistas.
Ante esta circunstancia Don Julio, a través de la iniciativa “Me quito el sombrero”, hace un homenaje y apoya a todos aquellos que tuvieron que reinventarse. “Me quito el sombrero” celebra los valores del Tequila Don Julio: Resiliencia, Familia, Gratitud, Pasión y Trabajo duro. Como los de estos tres empresarios y emprendedores que con su actitud vital de coraje, esfuerzo y nobleza, apoyan el sector para mantener viva a la industria restaurantera.Un tributo a los héroes contemporáneos.
PASIÓN
Lula Martín del Campo, chef Restaurante Marea
La actitud resiliente de la chef Lula Martín del Campo, la define Tequila Don Julio como: Salir adelante ante cualquier adversidad. Así defiende con pasión la cocina tradicional desde el restaurante Cascabel una de las grandes profesionales de la cocina mexicana. Y es que para entenderlo hay que mencionar que su restaurante sufrió en tiempos de pandemia, ubicado en una zona de oficinas y grandes corporativos, perdió mucho de su público. Pero se resistió a cerrar, y lo que hizo fue mantenerlo vivo e ir más allá, decidió crear otro restaurante: Marea. Sin duda una hazaña que describe la pasión que siente la chef por mantener vigente una excelente experiencia gastronómica.
Siempre cercana a los productos del recetario mexicano, pero con un aire contemporáneo, en Marea propone una cocina excepcional de mar. Y con su esfuerzo ha hecho posible conservar los 14 puestos de trabajo que ofrece y aumentarlos a 28 con su nuevo restaurante, un enfoque diferente, recetas distintas, pero con la pasión y la emoción de ofrecer su cocina de calidad como denominador común. Un proyecto apasionante en defensa de la cocina de México, de la tierra y del mar. Su ejemplo de resiliencia y coraje es admirable.
El arquitecto y amigo Alberto Kalach le ayudó a crear de una sencilla esquina en La Condesa un espacio mágico: Marea. Lula confiesa, “en este tiempo me he reinventado en el día a día, la incertidumbre es lo que prevalece, cada día es diferente, lo que permanece es el cambio, hay que hacerle frente, con buena actitud, con ganas y energía positiva”. Nos responde con sus ojos avispados y alegres, feliz mientras se prueba el sombrero de Don Julio. Y añade, “resiliencia para mí significa saberse acoplar a las circunstancias adversas y ponerse en el lugar de los demás, para poder jalar todos juntos”.
Explica que “en este tiempo surge que Marea, hay que agarrar el toro por los cuernos y con las ganas de seguir adelante, y seguir haciendo camino”. Nos cuenta con energía “he aprendido a ser fuerte con mis emociones, por supuesto hay días que me he quebrado, que he llorado, otros que he pensado que lo estoy haciendo lo mejor posible y creo que mi actitud personal va a contagiar a los demás, mantenerme firme y con claridad”, confiesa.
Lula mira estos meses atrás y señala, “sin duda hemos cambiado de muchas formas, hemos entendido que nada es seguro por más que planeas, hay que adaptarse, nunca pensé que un restaurante basado en sus raíces mexicanas, en un entorno específico, iba a tener que llevarlo a casa y luego lo entendí. Al principio veía a los repartidores como enemigos y descubrí que son nuestros aliados, y salimos juntos o salimos”. Para Lula en este tiempo cobró valor “la fortaleza, entender el valor de la integridad, sin caer en la desesperación, la paciencia es otra virtud que hemos tenido que desarrollar mucho”, recuerda.
“Uno de los valores más importantes creo que es la pasión, y creo que trasmitirla a los demás, al equipo, es importante, en nuestro México eso va haciendo la diferencia, tenemos que mantener el ánimo arriba. Creo mucho en nuestro país y debemos entre todos construir un mundo mejor, por lo menos en el entorno que nos rodea”. Y añade, “estoy convencida de que si somos seres agradecidos la energía sube, lo negativo se transforma en positivo, es importante estar agradecido con todo lo que tenemos”, afirma.
Para Lula, que ha superado grandes retos como chef y empresaria, “el valor del esfuerzo es la única manera de salir adelante, compromiso, energía, lealtad a lo que hacemos vamos a salir adelante, agradeciendo y trabajando con esfuerzo, así el miedo se desvanece y es más fácil caminar, el camino es más fácil de recorrer”, señala rotunda. Lula está encantada con el sombrero que recibe de Don Julio, símbolo de honor y agradecimiento. Respecto a la iniciativa de Don Julio “Me quito el sombrero”, en este época difícil considera que “llega en un buen momento con el apoyo de una gran marca tan importante para México, que nos da identidad, nos da esperanza, y esa luz para seguir trabajando con gratitud y esfuerzo”. Se despide con cariño “Me quito el sombrero por todos los mexicanos que trabajamos con gratitud y compromiso, con esfuerzo, poniendo todos de nuestra parte para seguir adelante por un México mejor”.
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