Si vas paseando por la Colonia Roma, te encontrarás varios spots gastronómicos muy pintorescos. Y si llegas a la calle Sinaloa 156, te encontrarás un pequeño restaurante llamado Yoru, un espacio que representa la gastronomía y cultura japonesa a la perfección. De la mano del chef Alian Fainsod y a través de sus cuidados platillos, realizarás un viaje sensorial al país del sol naciente.
Este lugar es una barra tradicional de sushi y hand rolls que ya brilla con luz propia en la Colonia Roma. Cuenta con los productos de más alta calidad, además de frescos y sustentables. Así lo cuenta el chef mexicano Alian Fainsod, donde destaca que muchos de sus pescados son curados y añejados con métodos tradicionales de Japón. Incluso recalca que sus pescas proceden de pescadores con las mejores prácticas laborales.
Yoru te ofrece una experiencia personal e íntima para que disfrutes de la mejor comida japonesa. El chef Alain quiso cumplir uno de sus sueños y llevar su pasión a los comensales. Alain es muy meticuloso con sus platillos, siempre al pendiente, y utiliza técnicas muy precisas para la elaboración de los mismos. Por este y muchos motivos más, Yoru ya está considerado una de las barras de sushi más importantes de la CDMX.De ambiente muy íntimo y antojable para ir en plan romántico o con amigos, la decoración es sobria y sencilla y la mayoría de los elementos son de madera. La terraza cambia su mood en la noche, cuando se prenden las velas.
Su carta es muy variada, con las mejores opciones para tu paladar. Empezamos con unos edamames y un sashimi para abrir apetito. Pero a continuación empieza a llegar los nigiris (sushi de salmón, lobina e incluso de anguila o almeja chocolata). Hay que destacar que la especialidad de la casa son los handrolls y el chef nos recomienda que lo comamos al momento y con las manos para apreciar la textura crujiente del alga, así como la explosión de sabores del resto de los ingredientes.
La cocina de Yoru es minuciosa y se nota el amor y la pasión en cada uno de sus detalles. Cada platillo es una explosión de sabor que hace ‘teletransportarte’ a Japón mientras estás en Ciudad de México. Mención especial es cuando el chef acude a la mesa y te prepara en ese instante un té de macha, ahí te das cuenta que este lugar es personalizado, es dedicado para ti, no es como otra barra de sushi, es único.
