Cada rincón de Venecia parece un paradigma de la belleza, del tiempo detenido por el arte, por eso vivir la Biennale en la ciudad de los canales es una experiencia única, donde se hermanan la estética universal y la mirada más contemporánea de la creación. El ambiente en la ciudad es bullicioso, para la apertura han llegado artistas, galerías, curadores, coleccionistas, políticos, periodistas. El título de esta edición es Foreigners Everywhere – Extranjeros en todas partes, en español– el curador brasileño Adriano Pedrosa ofrece una propuesta valiente que propone defender el arte periférico, desde artistas olvidados a países olvidados, muchos presentes por primera vez en la Bienal. También se dio voz a artistas nativos, indígenas, también creadores queer en un lenguaje inclusivo que fue toda una novedad.
Llegar a Venecia por el gran canal, atravesando puentes, palacios, templos, esculturas góticas, te habla de su esplendor, de su culto a la belleza, de sus tesoros presentes y pasados. Aquí los hoteles son monumentos, leyendas literarias y arquitectónicas como el palazzo Grassi, The Venice Hotel o el hotel Danielli, el más lujoso y famosos de Venecia, donde se alojó Marcel Proust y los grandes viajeros del siglo XIX y XX muy cerca el puente de los Suspiros, un lugar privilegiado que se suma de manera perfecta al servicio propio de un palacio. Por otro parte el Hotel Cipriani es sinónimo de Venecia, al igual que la Plaza San Marcos. Esto se debe en parte al hecho de que su fundador, Giuseppe Cipriani, fue el dueño del Harry’s Bar (1931), en donde Hemingway, F. Scott Fitzgerald, Noel Coward y Gertrude Stein bebían deliciosos cócteles como el Bellini. Aquí ya nos esperan obras de arte contemporáneo como los cristales de Daniel Buren. Otro momento que sorprendió a los visitantes a la Bienal, fue un vagón del icónico Orient Express intervenido por el artist francés JR, que fue montado sobre una barcaza en la laguna de la ciudad italiana. Para el artista estos vagones tienen mil vidas y para él viajar en tren es sinónimo de libertad.
Al estilo St. Regis

El hotel elegido de nuestro viaje es el mítico St Regis Venice con un ubicación privilegiada en una colección de cinco palacios, el más antiguo de los cuales es el palacio Badoer Tiepolo del siglo XVII, The St. Regis Venice ha desafiado las convenciones durante siglos, manteniendo su legado al combinar meticulosamente innovación, arte y lujo para cuidar cada momento de los huéspedes, como por ejemplo el trago de bienvenida un cogñac Louis XIII rare cask, un espirituoso perfecto para recibirnos.

The St. Regis Venice es un hotel que marca tendencia y celebra el arte contemporáneo y la artesanía veneciana, invita a los huéspedes a reflexionar sobre el concepto de tiempo y espacio con su Arts Bar, donde se ha asociado con los artistas españoles Eugenio Recuenco y Juan Carlos Moya para dar vida a su aclamado proyecto 365o en una serie de obras específicas del sitio que reflejan su visión personal del mundo y la sociedad.

Tras una renovación a gran escala en octubre de 2019, de lo que fue en 1895 el esplendoroso Grand Hotel Britannia, inaugurado el mismo año de lo que fue la primera edición de la Bienal de Venecia, The St. Regis Venice da la bienvenida a sus huéspedes y conocedores del arte que viajan al país italiano. El antiguo Grand Hotel Britannia, hoy St Regis Venice, atrajo a destacados intelectuales y miembros de la alta sociedad, así como a pintores de renombre como J.MW. . Turner, John Singer Sargent y Claude Monet, así que bien vale la pena decir que los visitantes pueden ser testigos de las vistas de jardines y terrazas privadas que dichos intelectuales tuvieron acceso en su época, así como el Gran Canal de la ciudad.

Detrás del hotel se encuentra la Calle XXII Marzo que alberga boutiques de prestigio y galerías de arte contemporáneo, lo que permite un acceso perfecto al Gran Teatro La Fenice, el templo de la ópera de la ciudad. Este año, la Bienal de Venecia celebra su 60a edición y como lo mencionamos bajo el evocador tema Extranjeros en todas partes, una exposición se desarrolla entre el Pabellón Central (Giardini) y el Arsenale, presentando dos secciones diferenciadas: el Núcleo Contemporáneo y el Núcleo Histórico. La obra Prêt-á-Patria, 2021 de Bárbara Sánchez-Kane. Exhibida en la parte principal en Arsenale en Venecia. Más de 300 artistas de todo el mundo se han dado cita en la Serenissima procedentes de 88 países algunos por primera vez como Etiopia y Tanzania.
Presencia mexicana

La Bienal terminará a finales de noviembre y refleja los conflictos actuales con los pabellones de Rusia e Israel cerrados, esperando soluciones de paz. Los escenarios en Venecia se multiplican además de los paseos por la ciudad como la plaza de San Marcos y el paseo Giardini de Venecia es un privilegio donde encontramos un pabellón que ha dado voz a artistas muchas veces olvidados o que nunca estuvieron en la Bienal, como Frida Kahlo o Diego Rivera.

La energía creativa se nota en una ciudad vibrante, el espacio de Arsenale donde encontramos fotografías contundentes sobre migración, mosaicos romanos con una propuesta de libertad sexual, telares artesanos que hablan de muros, o neúmaticos que nos llevan a caminos y fronteras, destacaban las obras de artistas mexicanas representadas por la galería Kurimanzutto como por ejemplo: Ana Segovia que ofrece una reinterpretación de la estética charra, con su mirada nueva Segovia desafía la narrativa dominante de la masculinidad con propuestas rompedoras en actitudes, formas y colores. Otra que, también estuvo presente fue Bárbara Sánchez- Kane que deconstruye y disecciona las nociones de masculinidad a través de la moda, performance, la escultura y la pintura. En esta ocasión una gigantesca escultura de soldados de orquesta militar, que cuestiona la hegemonía, el poder y el autoritarismo, con signo masculino.

El paseo por la zona de Arsenale nos da el pulso del Arte contemporáneo en diferentes países, con mucha presencia de trabajo artesanos. Mientras que el paseo por el pabellón Giardini nos lleva a obras contemporáneas pero también de los años 60 y 50 de creadores que nunca estuvieron en Venecia. Vemos mucho trabajo textil, bambús pintados, trabajos manuales propios de las culturas de origen del artista y grandes pintores consagrados pero que nunca fueron recibidos en la Bienal.

El paseo por los pabellones de los países tampoco deja indiferente, España por primavera vez presento a una artista peruana y no española, para ofrecer un mensaje anticolonialista. La gran cita del Arte en esta edición ha querido rendir homenaje a las identidades marginales. También la frontera es protagonista en la obra que presentó Bestabé Romero en una galería de la plaza de San Marcos, vestida de gala con su Basílica restaurada y el reloj que preside la plaza, esta vez llena de meninas en negro obras del artista español Manolo Valdez.

El agua, la luz, las siluetas de sus iglesias y palazzos, llenan de magia cada instante de Venecia, Tiziano, Tintoretto, Canaletto y Tiepolo. Imprescindible visitar las principales iglesias de la ciudad. Sigue la pista de los grandes en Santa María de la Salud, en la Iglesia de San Giovanni y Paolo o en Santa María Gloriosa dei Frari. Si buscas algo más moderno, no dejes de visitar el museo Guggenheim donde encontrarás una exposición permanente dedicada a los mejores artistas del XIX y del XX con obras de Pollock, Picasso, Chirico, Mondrian, Magritte, Kandisky o Malevich. Sus fundaciones de arte como la Fundación Pinault o la de Prada, el mercado de pescado, junto al Puente de Rialto, perderte por sus calles, ver amanecer la ciudad con un cappuccino o disfrutar el atardecer navegando por sus canales, los grandes y los ocultos.

Más de 30 eventos paralelos conviven en esta ciudad inmortal, que siempre merece una visita, un paseo por sus góndolas y vaporettos, una ciudad disfrazada de sí misma, que lucha contra la contaminación, la inundación del turismo ha puesto una tasa a los visitantes, que la invaden para ver las piedras de Venecia a las que cantó Ruskin, peligra la reina del Adriático, la muerte por éxito como empieza suceder en muchas ciudades de Europa, abrazadas por sus turistas hasta asfixiarla.
