Abadía Retuerta, templo de vino y silencio

Viajar a la Abadía Retuerta es una emoción que se multiplica, en primer lugar veremos una abadía del siglo XII, un Románico en estado puro, veremos una de las bodegas más importantes del país, con un vino de calidad que ha creado obras maestras en una tierra que habla de vino desde hace más de ochocientos años, y es un placer porque nos espera un gran restaurante, con estrella Michelin y uno de los mejores hoteles de España, con tres llaves Michelin donde cada detalle cuenta, el arte, el silencio, el vino, el descanso, la gastronomía se unen en jornadas inolvidables, lejos de todo y muy cerca de la felicidad, como quizá se sentirían los primeros clérigos que poblaron este convento en tierras cercanas a Valladolid y a los viñedos de Ribera del Duero como Vega Sicilia o Arzuaga.

Aquí se ha producido el milagro del renacimiento de un viñedo histórico. La cultura de la vid permanece intacta después de ocho siglos. El río Duero también contribuye a esta magia y propicia un terruño único. Estamos ante una joya arquitectónica del siglo XII, sus muros, sus columnas han visto pasar los siglos en esta localidad de Sardón del Duero en Valladolid. Los monjes premonstratenses ya cultivaban estas uvas desde el siglo XII.

En cuanto a gastronomía se nota la proximidad de la huerta en las inmediaciones de la Abadía, que atienden con esmero. Su cuidado de la naturaleza les ha valido una estrella verde de Michelin, además de la estrella por su cocina de altura. La entrada para cenar en El Refectorio es sobrecogedora, solemne. Los muros, la bóveda y un fresco de 1670 de la Santa Cena dominan el ambiente. Un escenario que une la historia a la vanguardia de una cocina valiente es el mismo escenario donde comían los monjes del monasterio, ahí disfrutamos de un caldo de cocido, anguila y café, que le sigue la trucha del río Tormes, el salpicón de cangrejo de río.

La huerta tiene presencia con betabel ahumado y deslumbra el escabeche de mejillón y langostino excepcional, Rape con acento de tempranillo y lechazo que no puede faltar en estas tierras, forman parte de un menú que varía y vive cada temporada una aventura distinta. La comida es de altura, está comandada por el chef ejecutivo Marc Segarra y es maridada con vinos de la Abadía. Saboreamos el Negralada 2017, elegante y contundente, un tempranillo con personalidad, la selección especial 2020, una sabia propuesta de un vino que no decepciona. Destaca el reconocimiento de Abadía Selección 2001 como el mejor vino tinto del mundo, el Red Wine Trophy. Vinos calificados entre los 100 mejores del planeta, estamos ante uno de los grandes viñedos del mundo.

Otro restaurante es la Vinoteca, más informal, se sitúa sobre la cueva que alberga la colección privada de Arte de la bodega y permite degustar hasta 40 referencias de vino diferentes. Calicata es otra parada gastronómica entre viñedos y pinares, si amas la arquitectura y los cielos con estrellas la terraza de la Hospedería, este es un rincón único con unos muros solemnes y un telescopio para mirar las estrellas. El día no puede empezar mejor que con un desayuno en el claustro, con el silencio y los cipreses, que parecen que van a llamar a maitines en cualquier momento, o que vas a escuchar el coro de los monjes.

En su carta de restaurante, chuletas, merluza, carrillera y presa que hablan de Castilla, de España, pero también de una cocina esmerada. La visita a la bodega es otra experiencia que te pone en común unión con quienes hacen este vino y miman cada viñedo, prueban uvas, analizan el terroir y después elaboran unas etiquetas que asombran al mundo. Pasillos de barricas que dejan que el vino evolucione hasta su máximo esplendor, sala de catas. Los vinos de la Abadía son desde 2022 Denominación de Origen Protegida (DOP), un sello de calidad reconocido por Europa. Aquí nacen entre el sol y el frío uvas de tempranillo, Syra, Cabernet o Petit Verdot. El viñedo tiene una larga historia ya se cultivaba vino en el siglo XII, después en el siglo XX se cambió a tierra de cereales, pero en 1988 la compañía Sandoz apreció un gran potencial en esta fina tierra, por lo que decide apostar con determinación por hacer renacer este viñedo histórico y recuperar su tradición vinícola. En 1996 se construye la bodega. Una tierra única tratada por expertos y amantes del vino, con sus técnicas y cuidado sostenible la han situado entre las mejores de España.

Aquí en Abadía Retuerta LeDomiane el lujo no se explica, se vive. Es el primer hotel de España con servicio de mayordomo. El arte es otro regalo de la estancia en la Abadía, está por todas partes, piezas de arte contemporáneo que conviven con las piedras medievales, colección de obras renacentistas y barrocas, muebles del siglo XV y en cada habitación un cuadro de Miró, frescos románicos, artes del siglo XX y del XXI conviven en este paraíso donde destaca también el silencio como parte del placer de esta estancia que figura como uno de los mejores hoteles de España y Europa. Para descansar todavía más en esta paz entre el cielo, la tierra y el viñedo, se encuentra el spa ubicado bajo tierra para no estropear la silueta de esta iglesia medieval, de esta Abadía que se erige solemne en los campos de Castilla, en los viñedos de Valladolid. Alberca climatizada y otra exterior, baños de vapor y sauna para seguir saboreando un vino que se ha ganado el respeto de todos. La experiencia Spa sommelier es otra singularidad del monasterio, aquí se unen el vino con las propiedades curativas de la aromaterapia. Una idea basada en la medicina tradicional tibetana, como la experiencia de meditación con los cuencos tibetanos que regalan una paz interior impagable. Cuando visitas la Abadía un trozo del alma queda ahí, quizá recuperada cuando se prueban de nuevo sus vinos y se empieza a planear volver a este paraíso de piedra, viñedos, sabores, vino y silencio. Una leyenda que hay que vivir.

Autor


TE RECOMENDAMOS