FOTOS: SEBASTIÃO SALGADO
Las imágenes de Sebastião Salgado, agitan conmueven, emocionan y nunca dejan indiferente. Sus fotos han servido para denunciar los desafíos del ecosistema y valen más de mil palabras. Ahora llega a México su mirada de la Amazonía, en una magna exposición en el Museo Nacional de Antropología en la Ciudad de México. En total veremos más de doscientas treinta fotografías de impacto en una muestra en la que han colaborado el instituto Terra y Grupo Zurich. Como casi toda la obra de Sebastião Salgado cada paisaje, cada rostro, cada escena invitan a reflexionar, tienen la fuerza de un grito, el poder de una llamada. El fotógrafo pone la mirada en las comunidades que habitan este rincón de la tierra que es pulmón, que es esperanza, pero también preocupación.

El inmenso territorio de la Amazonía se expande por nueve países y alberga a 188 grupos de indígenas. El objetivo de esta exposición es invitar a personalidades, instituciones, empresas y al público a defender este pulmón, frente a la contaminación, el deterioro, la explotación minera o la agricultura masiva. Las imágenes que se presentan en el Museo Nacional de Antropología son el fruto de siete años de trabajo, de búsqueda, investigación y viajes. Se hicieron expediciones fotográficas, con una metodología rigurosa, casi científica, abordando el paisaje por tierra, mar y cielo. El artista recorría tierra desconocida, con muchas sorpresas he imprevistos, con la naturaleza como protagonista, con toda su fuerza. En esos paisajes también encontró el latido de personas en su hábitat, la belleza, el misterio y el ingenio de quienes tienen a la naturaleza como compañera de vida. El resultado son unas imágenes de fuerza incomparable.

El visitante se une con la mirada a la expedición de Salgado, y recorre montañas, ríos, paisajes, entra con una mirada casi indiscreta en la vida cotidiana de la tribu, con sus ritos y descansos. Los atuendos, su idea de belleza, los protocolos, del maquillaje sencillo a explosión de fantasía. La profundidad de la lente de Salgado nos hace parecer que navegamos en el curso de los ríos con las canoas por una selva que no tiene fin. La virginidad de una tierra que todavía está a salvo de la mano destructiva del hombre es una llamada a protegerla. Las fotos de Salgado tienen aire de nostalgia, como de un paraíso perdido o que puede desaparecer. La curaduría ha sido obra de Lélia Wanick Salgado, que se planteó como objetivo con la muestra que fuera una llamado para escuchar y pensar el futuro de la biodiversidad.

También para proteger los pueblos indígenas y este ecosistema del que depende la salud del planeta. La exposición también dedica un espacio al Instituto Terra, que nació en 1998 y fue creado por Léila Wanick y Sebastião Salgado. Entre otras actividades, han reforestado alrededor de 600 hectáreas. En la zona de Mata Atlántica, también han capacitado a numerosos jóvenes ecologistas en el trabajo de resguardar el ecosistema ecológico y han contribuido a cultivar especias arbóreas en peligro de extinción. La trayectoria de Sebastião Salgado es asombrosa, creció en una hacienda de Brasil y siempre sintió un respeto y amor por la naturaleza. Es un artista profundamente comprometido, entre sus trabajos, siempre de gran envergadura y con una mirada profunda, está su obra Trabajadores (1993) donde retrata la dura vida de los trabajadores de todo el mundo, Éxodos (2000), un homenaje a la migración profunda, y un retrato de los desastres naturales, el deterioro medioambiental y la hambruna.

Con Genesis donde el artista se propuso mostrar la belleza de nuestro planeta y revertir el daño causado y conservarlo para el futuro. En sus numerosos viajes el artista recorre el paisaje, a pie, en avioneta, en globo, buques o canoas. El resultado es una colección de imágenes que muestran la naturaleza en estado puro, los animales, los pueblos indígenas con una luz asombrosa. Con sólo imágenes en blanco y negro es capaz de conmover y mostrar toda la riqueza de la tierra.

El propio Sebastião relata sus inicios en la relación con la naturaleza, “Yo había crecido en una finca de Vale do Rio Doce, en Minas Gerais, junto con mis siete hermanas, rodeado de vegetación tropical llena de aves y animales salvajes de ríos rebosantes de peces, de onduladas colinas, lo que nos permitía imaginar el mundo más allá. Sn embargo ese paraíso desapareció. Hacía mediados de la década de 1990, como sucedió con muchas de las fincas de la región, la deforestación y la erosión habían agotado la tierra. Eso le llevó a comprometerse más allá de la fotografía con labores de forestación, cultivo y cuidado de la tierra, eso le movió a crear con su mujer Léila el Instituto Terra. La propia Wanick Salgado, señala en el prólogo de la obra Génesis algunos detalles de las imágenes que vemos en el Museo de Antropología. La labor de investigación del terreno antes de retratarlo con paisajes, fauna y pueblos intactos ajenos al mundo.

Después de cada viaje Salgado regresaba con cientos de carretes de película, después en la era digital con tarjetas de memoria llenas. Un duro trabajo de selección esperaba, pero la obra nos ofrecía el privilegio de ver escenas del planeta en el mismo estado que hace miles de años, una invitación a conservarlo y respetarlos. Más de 15 millones de personas ya han visto esta exposición en París, Aviñón, Londres, Manchester, Saõ Paulo, Río de Janeiro, Zúrich, Milán, Trieste o Madrid.

Además de celebrar la impresionante belleza de la Amazonia, como expresó Sebastião Salgado, la muestra también inspiró a todos a unirse en la protección del ecosistema amazónico y sus comunidades indígenas. Un recorrido asombroso por el corazón de la Amazonía que despierta todos los sentidos y muestra el talento creador y la mirada única de este genio de la fotografía que sabe contagiar en cada imagen su pasión y su emoción por lo que ve y por lo que siente. Su obra se podría resumir en sus propias palabras como una carta de amor a la tierra. Amazônia. Museo Nacional de Antropología Hasta el 4 de mayo 2025. mna.inah.gob.mx