Cuando hablamos de Mont-Tremblant, muchos lo imaginan como un paraíso invernal. Pero… ¿y si supieras que cuando la nieve se va, comienza otra temporada igual de espectacular?
Tremblant sin nieve es aventura, naturaleza, descanso, sabor y mucha vida. Es ese tipo de destino que te enamora dos veces: primero en invierno… y luego cuando descubres todo lo que tiene para ofrecer en primavera, verano y hasta en otoño. Aquí van 5 planes que te van a sorprender (y dar muchas ganas de empacar):
1. Conectarte con la naturaleza
El Parque Nacional de Mont-Tremblant se transforma en un paraíso verde: senderos que atraviesan bosques frondosos, lagos cristalinos donde puedes hacer kayak o paddleboard, y aire tan puro que te reinicia. Ya sea a pie, en bici o flotando, la conexión con la naturaleza es total.

2. Subirte a la góndola panorámica y ver el mundo desde otra perspectiva
Sí, hay montaña, y sí, puedes subir a lo más alto en verano también. La góndola panorámica te regala una vista increíble de los Laurentides y es el lugar perfecto para un picnic, una sesión de fotos o simplemente para quedarte en silencio, viendo lo que a veces se nos olvida mirar: lo hermoso que es el mundo desde arriba.


3. Disfrutar del pueblo peatonal como si vivieras ahí
Cuando el sol está en todo su esplendor, el pueblo se llena de terrazas, arte callejero, conciertos y buen ambiente. Es el lugar perfecto para caminar sin prisa, tomar un helado, entrar a una boutique local o cenar en uno de sus restaurantes con cocina deliciosa y vistas espectaculares.


4. Regalarte un día de bienestar (porque sí, lo mereces)
Tremblant también es sinónimo de pausa. Hay spas de montaña, masajes al aire libre, baños termales y hoteles donde el descanso es un arte. Si tu plan ideal incluye desconexión y recargar energía, este destino también tiene ese modo activado.


5. Jugar golf entre montañas
¿Golf con vistas de otro nivel? En Tremblant puedes hacerlo. Con dos campos de golf de campeonato –Le Diable y Le Géant–, jugar aquí es una experiencia tanto para golfistas experimentados como para quienes buscan probar algo nuevo. Rodeado de naturaleza y con instalaciones de primera, este plan se convierte fácilmente en uno de los favoritos del verano.



Tremblant es mucho más que nieve. Es un destino para descubrir, redescubrir y volver una y otra vez, porque cada estación tiene su encanto. ¿Lo mejor? Está a solo 90 minutos de Montreal, pero parece un mundo aparte.
Más info para planear tu viaje en: tremblant.ca