Desde hace algunos años se ha registrado un cambio de tendencia en las preferencias de formato de los puros, pasando de calibre grueso, importante e indiscreto, a formatos más reducidos y de fácil adaptación durante los diferentes momentos del día: entre un café y una copa se están redescubriendo fumadas de sabor intenso, que varían entre 30 y 45 minutos.
Vuelven a estar de moda los puros de pequeño formato, empezando por el Cohiba Medio Siglo con reminiscencias de cedro y un sabor especiado al paladar y ligeramente dulce. En realidad se trata de una combinación entre el siglo I y el siglo VI, con la longitud del primero y el grueso del segundo. Un tiro ligeramente superior al promedio, con puntas tostadas, regusto terroso, notas de cuero y una persistencia en boca.
En casa se puede degustar el Montecristo Petit No. 2, una versión en formato reducido del famoso No. 2, el Pirámide cubano más conocido en el mundo y también el más representativo: con su sabor a madera, a tierra, a especias y a pimienta, este puro ofrece una evolución extraordinaria, con un final verdaderamente satisfactorio. El primer tercio es muy persistente; el segundo es dominado por las notas que caracterizan la filosofía de Montecristo, mientras que el tercero toca momentos muy altos en la fortaleza de la fumada.
No podía faltar Partagás, con su Partagás D No. 5, que desde 2011 propone una versión de capa grasosa que, desde antes de ser encendida, emana notas de madera muy evidentes y picantes, además de vegetales y avellana. Armoniosa e intensa en la segunda parte de la fumada, deja recuerdos de avellanas y almendras tostadas, concluyendo en un sabor especiado y agradable. Un puro que se desarrolla bien y sin grandes problemas de tiro, alcanzando la plena satisfacción de todos los sentidos. Por su gran versatilidad, estos nuevos formatos son perfectos para los apasionados y también para los neófitos que quieren empezar su recorrido por el interminable mundo de los puros.