Chui, cocina a la leña y temporalidad

Ubicado en el epicentro de la Roma Norte, Chuí figura como una selva urbana que ofrece un respiro en medio del dinamismo
citadino. Con un terreno de 700 metros cuadrados -siendo la mitad un amplio jardín que fusiona especies tropicales con plantas nativas- crea un entorno inmersivo donde la naturaleza y la gastronomía convergen. Esta terraza, vibrante y acogedora, se convierte en el escenario perfecto para compartir platos diseñados bajo una cuidadosa selección de producto local.

El diseño del restaurante, a cargo de Abel Perles, transforma un antiguo galpón en un espacio abierto y luminoso. Con un enfoque sustentable, se retiraron las láminas del techo para integrar el cielo al diseño, reutilizándolas en un cerramiento lateral. La estructura industrial original se mantiene, con intervenciones sutiles que maximizan la ventilación y la conexión con el entorno. Al frente de la cocina se encuentra Rodrigo Vázquez.

Con una trayectoria marcada por la exploración de técnicas tradicionales y el dominio del fuego, su carrera lo ha llevado por destinos como el Hotel Alvear y el Hotel Faena (Buenos Aires), así como Bocas del
Toro (Panamá). Su llegada a la Ciudad de México marca una nueva etapa, liderando la operación de Chuí y asegurando que cada platillo refleje la esencia del concepto.


Junto a él, Kenyi Heanna (chef ejecutivo de Chuí), aporta una visión culinaria enriquecida por sus raíces japonesas, hawaianas, italianas y españolas. Su trayectoria incluye experiencias dentro de cocinas como las de Kokkeriet (Copenhague), como chef de apertura de Gioia (primer restaurant plant based de la cadena Hyatt Buenos Aires) y algunos de los restaurantes más reconocidos de esta región, como el Park Hyatt y el Llao Llao (Bariloche). Su cocina se basa en la honestidad del producto, el potencial del fuego y un profundo respeto por la estacionalidad. Bajo su dirección, los vegetales y fermentos adquieren un protagonismo especial, destacando su complejidad sin necesidad de etiquetas.

Aparte de aportar un carácter y profundidad más allá de lo convencional a cada platillo, las verduras tienen un protagonismo especial. Con preparaciones q u e resaltan su esencia sin etiquetas pero vinculado una propuesta sólida, la fermentación y conservación juegan un papel clave en la identidad del espacio: legumbres, quesos de origen trazable y hongos que crecen en un refrigerador dedicado a ellos enriquecen la experiencia con sabores complejos, naturales.


La carta se adapta a la disponibilidad, asegurando que cada ingrediente sea utilizado e n su punto óptimo. Este enfoque hacia lo trazable y honesto es una constante en la propuesta de Chuí, donde el respeto por la temporalidad define cada creación. Más que
una extensión de su proyecto antecesor, llega a la Ciudad de México como una evolución natural de su identidad, adaptándose al paladar local sin perder su esencia característica.

A partir de técnicas contemporáneas y una cocina basada en el horno, leña y humo, aprovecha al máximo la materia prima de cada temporada, estableciendo un puente auténtico entre dos de las capitales más vibrantes a nivel gastronómico de América Latina. Reconocido por su propuesta de cocina contemporánea, Chuí es acreedor de una mención especial en la Guía Michelin y un lugar en la lista de los 50 Best Discovery en su primera sede en Buenos Aires, consolidándose como un referente en la escena culinaria latinoamericana.

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