En el corazón de la Roma, Yeccan se ha consolidado como un refugio para los amantes de la cerveza artesanal y la buena comida. El nombre, de origen náhuatl, significa “buen lugar” y “buen momento”, y no podría describir mejor la experiencia que ofrece este tap room fundado hace seis años por los hermanos Francisco, Jesús y Octavio Castellanos.
Un proyecto que nació entre chelas
Todo comenzó como un ritual fraternal: catas semanales entre Francisco y Octavio, que pronto evolucionaron a domingos de cocción. Después intentaron levantar una distribuidora de cervezas, que si bien no prosperó como negocio, sí consolidó una idea clara: querían crear su propio espacio cervecero. Así nació Yeccan, con la convicción de que la cerveza artesanal debía hablar en idioma local, en un contexto donde muchas marcas optaban por nombres anglosajones.
Cerveza, sazón y cultura
Desde su apertura en 2018, Yeccan ha sido un punto de encuentro donde la cerveza y la gastronomía van de la mano. En sus inicios trabajaron con el chef Fernando Martínez Zavala, y hoy el menú está a cargo de Carlos Galán Figueroa, quien ha creado una carta vibrante y sin pretensiones. Platos como el guacamole con chapulines y chicharrón norteño, la quesabirria, las costillas con glaseado de chiles cuaresmeños o el aguachile de rib eye son ideales para acompañar una buena chela. Además, cada martes sorprenden con creaciones nuevas en su ya popular Taco Tuesday.
Una cervecería con personalidad
Yeccan ofrece seis cervezas de línea —una stout, tres IPAs y dos lagers—, a las que se suman etiquetas de temporada e invitadas, mayormente mexicanas, aunque también hay joyas importadas difíciles de encontrar en otro sitio. Francisco Castellanos lleva la batuta creativa, mientras Pablo Tortoriello se encarga de la parte técnica en la producción.
Cada cerveza tiene su propio carácter, tanto en sabor como en diseño: las latas, ilustradas por el artista Fur Lápiz, destacan por su estética juguetona y nombres memorables como Algo Bien, El Temor de los Ángeles, A 2 de 3 Caídas o Hecha en el Infierno.
Más que un bar: una comunidad
Yeccan no solo es un espacio para disfrutar buena cerveza y comida. También funciona como una galería rotativa que da visibilidad a artistas emergentes, con exposiciones que cambian cada cuatro meses. La suma de todos estos elementos crea una experiencia completa, que va más allá de lo gastronómico y cervecero.
En Yeccan siempre hay algo nuevo por descubrir, pero algo se mantiene constante: las ganas de volver.
