Viña Tarapacá, 150 años de un legado de excelencia

En 1874, hace más de un siglo y medio, nació Viña Tarapacá en el corazón del Valle del Maipo; bajo la majestuosa mirada de la Cordillera de los Andes, donde se plantaron las primeras raíces de un legado que ha crecido, generación tras generación.  Bajo el ideal de elaborar vinos que capturen un terroir único y excepcional, cada botella de Viña Tarapacá cuenta una historia de dedicación, experiencia y conocimiento transmitido a lo largo del tiempo, reflejando un proceso vitivinícola perfeccionado con respeto al entorno y a la biodiversidad que rodea nuestros viñedos. Más que vinos, transformamos momentos en un legado compartido que trasciende fronteras.

Actualmente, para celebrar 150 años de excelencia y su liderazgo en mercados como Brasil, Chile y República Checa; Viña Tarapacá, de la mano de Unique Wines, relanza su línea más icónica: Gran Reserva, integrada por Sauvignon Blanc, Chardonnay, Merlot, Carmenère y la emblemática Cabernet Sauvignon —reconocida internacionalmente por su elegancia, expresión y autenticidad—, nacida del terroir único de Isla de Maipo.

Desde sus orígenes, Viña Tarapacá ha estado marcada por la fuerza del tiempo y la fidelidad al terroir que la vio nacer. Su nombre, un homenaje vivo a Arturo Alessandri, “El León de Tarapacá”, no es solo un recuerdo histórico, sino un símbolo de la valentía, el compromiso y la identidad chilena que impregnan cada botella. Cada cosecha es un reflejo de ese espíritu: firme, auténtico y profundamente arraigado en la tierra que la vio crecer.

Nuestro clos -viñedo amurallado- natural, formado hace millones de años entre las montañas y el río Maipo, protege un ecosistema privilegiado que dota a nuestros viñedos de un microclima único. Es aquí donde la tierra, el clima y la mano experta del hombre se conjugan para dar vida a vinos que son expresión pura del terroir y de una excelencia inquebrantable. En cada cepa, en cada racimo, está presente la historia de quienes dedicaron sus vidas a perfeccionar un arte.

Viña Tarapacá es más que una viña: es un legado de pasión, conocimiento y respeto por la naturaleza, que ha sabido adaptarse sin perder su esencia. Desde la primera medalla obtenida en 1876, hasta los más recientes reconocimientos internacionales, cada premio es una reafirmación del compromiso con la calidad y la búsqueda constante de la perfección.

Hoy, tras 150 años, abrimos cada botella con la certeza de estar disfrutando una tradición que trasciende el tiempo, que conecta generaciones y que celebra la excelencia enológica chilena. Viña Tarapacá es la historia de un origen privilegiado que se renueva con cada cosecha, una invitación a vivir y compartir momentos inolvidables, donde la historia, la tierra y el vino se funden en un solo legado.

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