TEXTO: MICAELA ZUCCONI / FOTOGRAFÍA: CORTESÍA DE BIENNALE DI VENEZIA
Antes que concluya el Antropoceno (término que describe la era actual, caracterizada por el impacto de las actividades humanas en el sistema terrestre) quizás no tan bien, es hora de empezar a pensar en el Chthuluceno, término acuñado por Donna Haraway, filósofa feminista y profesora emérita de la Universidad de California, Santa Cruz, ganadora del León de Oro a la Trayectoria en la 19ª Bienal Internacional de Arquitectura de Venecia (que se celebra desde el pasado 10 de mayo hasta el próximo 23 de noviembre). Es el siguiente paso que debería impulsarnos a redefinir los límites entre lo humano y lo no humano, basado en la colaboración y las relaciones entre las especies e imaginando mundos alternativos, como defiende Donna en su ensayo Manifiesto Cíborg).

¿En qué medida su pensamiento ha guiado el enfoque de esta edición, titulada: Inteligencia. Natural. Artificial. Colectivo? “Su influencia impregna toda la exposición, sobre todo por su insistencia en que los límites son a menudo ilusorios y que las barreras entre lo humano y lo no humano, la tecnología y la naturaleza, son cada vez más porosas —explica el comisario, arquitecto e ingeniero Carlo Ratti—.

Queríamos usar la palabra Intelligens, del latín tardío intelligere, con el sufijo -gens, ‘personas’ en latín. Una pluralidad de inteligencias y un importante aspecto inclusivo en un momento en que, al hablar de inteligencia, pensamos inmediatamente en IA, o peor aún, en ChatGPT”. Esta Bienal, innovadora con la convocatoria Espacios para Ideas, cuenta con la participación de múltiples figuras profesionales para abordar desafíos globales: arquitectos, artistas, ingenieros, científicos, filósofos y otros (más de 750 de 66 países diferentes). Es la Obra Abierta tan querida por Ratti. “He sido un firme defensor de este concepto –explica– desde que era estudiante en Cambridge, Inglaterra, donde tuve el privilegio de trabajar con (el escritor) Umberto Eco. El concepto inspiró uno de mis primeros libros, Arquitectura de Código Abierto, que se ha transformado en un método”.

Pero, ¿cómo está cambiando la forma en que diseñamos, basada en la emergencia climática y las desigualdades. “Los edificios deben comportarse como organismos vivos: enfriar, proteger, absorber. Necesitamos recuperar la centralidad de la arquitectura como herramienta activa. Reducir las emisiones y optimizar el consumo presupone un mundo y un clima estables. Mitigarlo sigue siendo esencial, pero la adaptación es crucial. Las ciudades deben poder reaccionar en tiempo real: barreras que se levantan contra las mareas; escuelas que se convierten en refugios durante las olas de calor; casas verdes, con plantas como compañeras de piso, no solo como adornos; menos hormigón, más organismos… Y mucho más”, explica Carlo Ratti.

Un diálogo colectivo que se hace oír con ideas y soluciones. Algunas son futuristas, como AquaPraça, una plaza flotante que reacciona al clima y se integra con la naturaleza. Diseñada por el arquitecto Ratti junto con Höweler + Yoon, viajará de Venecia a Brasil para la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP30) en Belém. “El objetivo siempre es el mismo: explorar la frontera entre el mundo natural y el artificial”. Recordamos al difunto arquitecto Italo Rota, galardonado con el León de Oro in memoriam. “Sabía cómo aligerar incluso la complejidad. El título de su último libro lo dice todo: Solo convertirnos en naturaleza nos salvará. Lo extrañamos mucho. Pero su espíritu impregna la exposición: en la ironía, en el deseo de experimentar y en la hermosa exhibición de materiales seleccionados por su compañera de toda la vida, Margherita Pal-li”, explica Ratti.
¿Qué quedará después de la exposición? Los participantes han adoptado el Manifiesto de Economía Circular del profesor Ratti, con directrices precisas para la reutilización de materiales. Es un gran desafío. Rastrear materiales es difícil, y diseñar con el desmontaje final en mente desde el principio requiere un profundo cambio cultural. La verdadera prueba será ver si las ideas generan acción. Si dejan una huella tangible.