Angelo Bonati, el gran capitán

Durante su mandato, ensalzó magistralmente Panerai, pasando de ser un respetado reloj herramienta de grandes dimensiones a una marca mundialmente reconocida y muy solicitada en el sector de la relojería de lujo. Fue un ejemplo asombroso. No solo quiso impulsar un reloj, quiso dotarle de una personalidad, de unas señas de identidad que hoy permanecen y conviven con una innovación constante. Creo un legado y su pasión fue contagiosa, buscando la excelencia y también la creatividad. Como señala la propia marca tras su fallecimiento: “Bajo el liderazgo del Sr. Bonati, Panerai alcanzó un éxito sin precedentes. Expandió hábilmente su alcance y reconocimiento a nivel mundial, cultivando una fiel clientela de entusiastas de los relojes que apreciaban la tradición y la innovación de la marca. Su influencia trascendió la sala de juntas, fomentando una cultura de creatividad y dedicación dentro de Panerai”.

Con su carácter genuino se ganó el respeto y el cariño de la comunidad relojera. Con dotes de liderazgo dejó huella entre todos los que trabajaron con él . “Cuando asumí las riendas de Panerai, mis amigos y la gente de mi entorno me preguntaban: “¿Qué haces, estás loco. Trabajas para Cartier y ahora quieres unirte a una nueva marca?”, declaró Bonati en una entrevista hace ocho años. “Pero había algo en ese reloj que me atraía. No sabía qué era, pero creía que podía crear una marca en torno a él”. Emmanuel Perrin, CEO de Panerai, y todo el equipo de Panerai han expresado sus más sinceras condolencias a la familia del Sr. Bonati. La familia Panerai está dolida por esta pérdida, pero orgullosa por su contribución a lo que hoy es la firma.

Uno de los emblemas de Panerai cuando tomó las riendas Angelo Bonati fue el barco Eilean, una joya en la que tuvimos oportunidad de navegar cerca de San Remo. El velero compitió en numerosas regatas de yates antiguos. Fue construido en 1936 por el legendario armador de barcos William Fife III que firmó varias obras maestras. Bonati decidió restaurar el barco, un homenaje al vínculo de Panerai con la marina italiana desde sus orígenes. “Cuando vi su silueta me enamoré de este barco”, confesó, y se convirtió en el embajador de Panerai. “Navegar es una sensación increíble, proporciona un gran sentido de libertad.

A bordo del Eilean rememoro cada momento que hemos dedicado a su restauración, a su regreso a una nueva vida”, declaró. Belleza, artesanía precisión valores que comparten la firma relojera y este magnífico barco, que todavía navega bajo bandera Panerai. Ahora está en el Mediterráneo, pero Angelo vio el barco por primera vez en aguas del Caribe. Bonati recordaba con orgullo sus inicios, “al principio, no teníamos nada. Teníamos un reloj, Luminor Marina”, Franco Cologni, director de Cartier en Italia, fue asesor cercano de Panerai. Bonati presidió la nueva compañía. “Así que, con este reloj, empezamos a pensar qué debíamos hacer. Teníamos dos opciones, dice Bonati. Una era dar un golpe de efecto rápido: invertir mucho en publicidad, impulsar la producción, ganar dinero y luego decir adiós, dijo Bonati. La otra opción era perseguir un sueño: establecer una marca a partir de Luminor Marina Panerai. Eso fue lo que hicimos”. Así se expresaba Angelo Bonati en la página web de Hodinkee, una manera muy clara de cómo cambió la trayectoria de una marca. Como su barco, desplegó vela y enderezó el rumbo, con su coraje y su búsqueda de la excelencia, miraba a proa y a popa. Al pasado y al futuro.

Autor


TE RECOMENDAMOS