“Antes del anochecer, hay un momento delicioso en el que la oscuridad abraza la luz” dice un fragmento de la nota que acompaña a este espectacular destilado creado por los expertos de Clase Azul y es que el espíritu que rodea esta creación esta basado en el “atardecer” ese que, quizás, es el momento más misterioso del día que hipnotiza por sus colores y que es transmitido desde la botella hasta las notas del tequila.
Para lograr las notas de miel de agave, manzana verde, piel de naranja, higo fresco, pasas, almendra y nuez, en aroma, mientras que en sabor: madera tostada, higo, aceituna verde, jengibre, cacao y chocolate negro fue necesario mezclar Tequila Clase Azul Plata, reposado en barricas de roble francés con un tequila extra añejo con ocho años de maduración en barricas de bourbon y terminado en toneles de jerez. Sin duda un sabor único que bien vale la pena descubrir con los amigos o para un momento excepcional, así como el atardecer.
Es claro que sus creadores, una vez logrado el cometido del sabor con Clase Azul Tequila Gold, tenían otro reto en sus manos, nos referimos a la licorera que resguarda celosamente este destilado premium que se compone de un fino cristal que se coloca sobre una base de cerámica negra, que fusiona una técnica que tarda seis años en desarrollarse y que de manera poética reproduce la belleza del atardecer. La combinación entre vidrio y cerámica representa la luz abrazando la noche, y su base de cerámica está atada con dos cintas de oro de 24k hechas a mano, como una rendición final al anochecer.
Cabe mencionar que Clase Azul Tequila Gold se puede maridar de manera perfecta con mariscos y pescados como atún, salmón, pulpo, bogavante, camarones, mejillones así como tapas de tapenade de aceitunas Kalamata y queso brie. Mientras que para la parte dulce, los expertos sugieren postres a base de chocolate semi amargo o blanco con mermelada de cítricos o helado de cítricos.