TEXTO: MARÍA ESTÉVEZ
EL MUNDO se transforma en una pista de emociones con la llegada del estreno de F1, la nueva película protagonizada por Brad Pitt. Rodeado de cientos de fanáticos y con la adrenalina aún encendida tras meses de rodaje, el actor no escatimó en palabras para describir una de las experiencias más desafiantes y revitalizantes de su carrera. En un evento celebrado este fin de semana, Pitt compartió reflexiones sobre lo que significó encarnar a un piloto de Fórmula 1, aprender a conducir en circuito reales y enfrentarse, literalmente, a la presión de miles de espectadores y fanáticos del automovilismo. Con su habitual sentido del humor, se refirió a un mantra que circuló entre los miembros del equipo de producción encargados del rodaje del filme: “No podemos matar a Brad Pitt”.
Con una sonrisa irónica comentó. “Bueno, el equipo tiene una forma divertida de demostrar cómo me cuidan porque me pusieron al volante de un coche de Fórmula 1 y me soltaron en las pistas”. Una frase que revela el tono realista del rodaje, donde el actor asumió riesgos considerables para dar autenticidad a su personaje. El actor sorprendió al afirmar que nunca sintió miedo al conducir a velocidades extremas. “La velocidad se vuelve relativa”, dijo. “Lo que realmente me puso a prueba fue otra cosa. Fue más una cuestión de confiar en los frenos. Eso sí capta tu atención”, confesó. Sus declaraciones dejan claro que Pitt no se limitó a actuar desde el asiento del simulador. Se involucró físicamente, entrenando durante semanas y manejando en circuitos reales para absorber cada matiz del mundo de la F1. De hecho, admitió que durante la huelga de actores y guionistas en Hollywood, aprovechó el parón para dedicar aún más tiempo a perfeccionar su técnica al volante. “Eso me permitió conseguir una conexión profunda con el papel.
Ojalá pudiéramos rehacer toda la película entera. Porque ahora soy mucho mejor al volante “, bromeó reflejando una renovada confianza. Para un actor con décadas en la industria, sorprender con un nuevo proyecto no es común. Sin embargo, Pitt reconoció que F1 lo ha revitalizado de una manera inesperada. “Llevo mucho tiempo haciendo esto, y encontrar algo que me hiciera sentir como comenzar de nuevo, me sorprendió. Este ha sido un rodaje lleno de pasión. Me provocó un sentimiento que nunca había experimentado antes. Fue sublime”, aseguró. Pitt agradeció al director Joe Kosinski por confiar en él y crear un proyecto que no solo le exigió físicamente, sino que también lo conectó emocionalmente con el arte de contar historias. Pitt confesó que este proyecto llegó en el momento justo. “Después de la pandemia, esta película me sacó de una soledad aplastante.

El rodaje nos unió como una gran familia. Fue un desafío trabajar en una burbuja sanitaria, pero también una experiencia profundamente humana”, compartió. Listo para rugir en las pistas, F1 busca replicar el nivel de realismo y emoción de la anterior cinta del cineasta Top Gun: Maverick, pero esta vez en la pista, con un enfoque total en efectos especiales y para imitar a Tom Cruise, Brad Pitt no usa dobles: él mismo conduce su coche de Fórmula 1 en los circuitos reales del campeonato. Kosinski y el productor Jerry Bruckheimer ofrecieron detalles jugosos: Pitt compite en carreras oficiales, comparte escenario con leyendas como Fernando Alonso y el vehículo fue diseñado por Mercedes, con asesoría directa del siete veces campeón mundial Lewis Hamilton, quien también produce la película. El actor, que ya mostró su capacidad física en cintas como Troya y Fury, se siente entusiasmado por volver a un proyecto con riesgo real. “Esta película me recordó lo que es comenzar desde cero. Fue tan intensa, tan apasionada, que me sentí completamente revitalizado”, confesó.
Con escenas filmadas en circuitos reales como Silverstone, el objetivo es capturar la intensidad del deporte y Pitt no oculta su admiración por el mundo de la F1. “Tenemos un respeto enorme por los pilotos, por los equipos, por lo que representan. Esta película no se trata solo de velocidad, sino de pasión, precisión y comunidad”, aseguró. Uno de los momentos más emocionantes para el actor fue filmar en Silverstone, el mítico circuito británico de Fórmula 1. “Estuvimos ensayando allí durante semanas, así que me sentía como en casa”, recordó. Pero cuando comenzó la verdadera acción, con 100,000 fanáticos en las gradas, el ambiente cambió drásticamente. “Cuando llega todo el movimiento del gran premio, aquello se convierte en una maquinaria colosal. Es realmente asombroso”, explicó.
Aunque hubo nervios al inicio, la adrenalina se apoderó rápidamente de él: “Esperar, ahí fue un momento intenso. Pero una vez que te pones en marcha, es un subidón. Es un verdadero high”, confesó. Y cuando la filmación llegó a su fin, el actor admitió que le costó soltar el volante: “Lo echo de menos ahora. Estaba contando los días hacia el final porque no quería que terminara”, dijo con nostalgia. Brad Pitt no solo interpreta a un piloto, sino que también quiso rendir homenaje a toda la comunidad que vive y respira Fórmula 1. “Si no pasamos la prueba de los fans, estamos muertos”, afirmó. Para él, conseguir el reconocimiento del público del automovilismo era fundamental. Pitt explicó que el gran reto de “F1, fue lograr una historia que resonara tanto con los expertos del deporte como con los recién llegados. “Siento mucha confianza en lo que tenemos. Creo que logramos tejer esa aguja: que funcione para los fans de toda la vida y también para los que vienen por primera vez. muy, muy divertida”, expresó con satisfacción.
Pero el actor no se detiene. Reveló que su siguiente proyecto lo llevará de regreso a uno de sus personajes más queridos: Cliff Booth, el doble de riesgo en Once Upon a Time in Hollywood. “Estamos haciendo otro episodio en la vida de Cliff Booth. Fue escrito por Quentin Tarantino, lo dirigirá David Fincher, y lo rodaremos todo en Los Ángeles. Va a ser muy divertido”, anunció. Sobre su relación con el director David Fincher, con quien prepara este nuevo episodio en la vida de Cliff Booth, Pitt declaró: “David y yo somos muy amigos, pero también le aprecio como artista. Trabajar con él y con Joseph Kosinski ha sido una gran experiencia”. Brad Pitt no solo aceleró en las pistas, sino que también aceleró los corazones de sus fans con “F1, una cinta llena de emoción, respeto y velocidad, una película que lo llevó de vuelta al vértigo de la pasión artística y al vértigo literal de una pista de carreras. El proyecto evoca la clásica Days of Thunder y se posiciona como su sucesora espiritual, llevando a la gran pantalla no solo el vértigo del motor, sino también el viaje interior del personaje de Pitt, un piloto veterano que entrena a un joven talento, interpretado por Damson Idris (Snowfall). F1 muestra a Brad Pitt en una de sus interpretaciones más arriesgadas y a toda velocidad.