Château Lafaurie-Peyraguey: lujo entre viñedos

Firmas de la historia de la moda y los complementos de alta gama, como Armani, Baccarat, Bulgari o Versace, por citar unas pocas, se han adentrado desde hace un tiempo a esta parte en el universo de los hoteles, dando nombre a establecimientos en el mundo. Silvio Denz, máximo responsable de Lalique, decidió encaminarse por esa línea hace un lustro, creando su división hotelera. Eso sí, sin prisa. Desde el primero de ellos, La Villa René Lalique, en la localidad cuna de este cristal, Alsacia, al Château Lafaurie-Peyraguey, que hoy traemos a estas líneas.

“Me sedujo su encanto, rural y auténtico, así como sus brumas legendarias, que proyectan el siglo XVIII”, ha señalado Denz, quien siente una gran debilidad por el mundo del vino. No olvidemos que es, además, propietario de Château Faugère, entre otras joyas vinícolas. En la localidad de Bommes, enclavada en Sauternes, delimitada zona con el mayor número de Crus Classés de Burdeos, respetada por sus grandes caldos, se inauguraba hace unos meses el hotel de cinco estrellas Château Lafaurie-Peyraguey, en coincidencia con su 400 aniversario.

LaCaveduRestaurant LALIQUE - Château Lafaurie-Peyraguey(4505) ©AgiSimoes-RetoGuntli
Este hotel-restaurante celebra los 400 años de Château Lafaurie-Peyraguey.

Diez habitaciones y tres suites con un restaurante gastronómico que encabeza el chef Jérôme Schilling. Si bien su arquitectura no es tan impactante como Marqués de Riscal, en La Rioja alavesa (España), obra de Frank Gehry, el paisaje que se observa desde este hotel, rodeado de viñedos, y las atenciones, lo hacen único.

Vino, cristal, gastronomía y hospitalidad son las cuatro palabras que reinan en el establecimiento que dirige Christophe Noulibos y de cuya arquitectura se ha ocupado Mario Botta, como hiciera anteriormente con la Villa René Lalique y el Château Hochberg, ambos en Alsacia. El interior es obra de Lady Tina Green y Pietro Mingarelli, con muebles Lalique, que destacan por incorporar detalles en cristal y otros ricos materiales. El lounge es un marco ideal para apreciar la belleza de muchos de ellos

Si René Lalique (1860-1945) fue el poeta del vidrio, como se denominó a este visionario que comenzara creando joyas, para llegar a desplegar un mundo de belleza en cristal, Green y Mingarelli, cual magos en la excelencia decorativa, se han inspirado en la pasión del dios Baco, por lo que “racimos de uvas adornan cada mueble”, han explicado. Una inspiración evidente que vemos en sofás, mesas de noche, marcos de camas, espejos… Hasta en los grifos de los baños, donde observamos que hay racimos de uvas grabados. A esto, y a lo largo del hotel, acompañan fotos del artista Aerni sobre el tema.

Adrien Cascio
La bodega reúne cuatro experiencias para explorar el mundo del vino, la fabricación de cristal, gastronomía y hospitalidad. En la imagen, Adrien Cascio, su chef sumiller.

Como era de esperar, la carta de vinos que despliega su restaurante es de impacto: dos mil 500 referencias, la mayoría de la región de Burdeos, y en cuya selección se palpa la mano del chef sommelier Romain Iltis. Se aconseja visitar la moderna bodega, donde hay botellas que datan de 1893, antes o después del almuerzo o la cena. Aparte de su carta, sorprende su decoración.

El Château Lafaurie-Peyraguey, asociado al selecto grupo Relais & Châteaux, donde se han invertido cuatro años de obras para convertirlo en hotel y restaurante, es de lo más propio para parejas que, por supuesto, amen el vino; para epicúreos, en definitiva. Como curiosidad, incluye una capilla restaurada, y el próximo año inaugurarán un spa. No sabemos si habrá tratamientos de vino, pero seguro que colman las expectativas de los más exigentes. Una última sugerencia: no olviden degustar el SweetZ, coctel exclusivo de la maison.

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