Fundada en 1964 por Don René Picard F., Chocolates Picard® nació con una convicción clara: elaborar chocolate de la más alta calidad, hecho 100% en México y con un profundo respeto por el oficio chocolatero. Aquella visión inicial se convirtió en una marca emblemática que ha acompañado a familias enteras, celebraciones y pequeños rituales cotidianos donde el sabor tiene memoria.

Tres generaciones después, el compromiso permanece intacto. En Picard®, cada pieza refleja atención al detalle, desde la cuidadosa selección de ingredientes hasta los toques finales que definen su carácter. No se trata solo de producir chocolate, sino de crear momentos que se disfrutan y se recuerdan, porque como bien lo define la marca: ‘lo que está bien hecho, hace bien’.

Dentro de su catálogo destacan nombres que forman parte del imaginario colectivo mexicano. Lenguas de Gato®, con su textura delicada y sabor inconfundible; MiniSnacks®, ideales para acompañar el ritmo del día a día; y ChocoZero®, una alternativa sin azúcar pensada para quienes buscan equilibrio sin renunciar al placer. Cada línea responde a un estilo de vida distinto, sin perder la esencia del cacao auténtico.

La vigencia de Chocolates Picard® radica en su capacidad de evolucionar sin traicionar su origen. La marca combina técnicas artesanales con procesos modernos, apostando siempre por productos elaborados con 100% derivados del cacao. Este balance entre tradición y renovación es lo que le otorga ese sello distintivo que se reconoce al primer bocado.

En una temporada donde los detalles cobran un valor especial, Chocolates Picard® invita a celebrar de una manera más significativa. Esta Navidad, regalar Picard® es compartir historia, sabor y tradición. Pero también es transformar un obsequio en una experiencia que conecta generaciones alrededor del cacao. ¡Vive esta gran experiencia en cada chocolate!

Para quienes buscan calidad, autenticidad y el verdadero sabor del chocolate, Chocolates Picard® no es solo una opción, es una experiencia que se vive y se comparte. ¡Porque el buen chocolate no solo se disfruta… se recuerda!


