CUEVA, aroma a carbón y fuego en cada platillo

CUEVA es una parrilla de autor donde cada receta pasa por las brasas, donde los sabores ahumados se convierten en recuerdos y donde la mesa es un espacio sagrado pensado para compartir. En CUEVA se cree que compartir une: alrededor de la mesa se celebran triunfos, se sueltan lágrimas, se forjan lazos, se conocen extraños y se cierran pactos.

Ubicada en el corazón de la Roma Norte, CUEVA es refugio y encuentro. Como los antiguos cavernícolas que regresaban a su cueva tras cazar, aquí los comensales llegan después del caos urbano para entregarse a un par de horas de calma, buena comida y complicidad. El espacio invita a quedarse, relajarse y sentirse parte de una comunidad donde la comida y el servicio no son solo rituales, sino gestos de cuidado y cercanía.

En CUEVA no hay artificios: todo se hace en casa. Desde el pan hasta el tzatziki, desde los gnocchi hasta las salsas, todo se prepara en el mismo horno y asador donde también se asa la carne. Este proyecto nació del amor por la mesa de dos jóvenes, Lázaro y Antonio, quienes con apenas 22 y 23 años decidieron apostar por un concepto distinto en medio de una de las escenas gastronómicas más competidas de la ciudad. Su impulso no fue competir con chefs de renombre o restaurantes Michelin; fue la convicción de crear un lugar fresco, hospitalario, donde se coma excelente y el servicio haga sentir a los comensales parte de la familia.

Cada platillo llega a la mesa abundante y pensado para compartirse, con combinaciones inesperadas que sorprenden y deleitan. No es una cocina de nacionalidad definida; hay guiños del Medio Oriente, influencias diversas y un hilo conductor: el fuego y la materia prima como protagonistas.

El menú es un recorrido por la leña, el humo y la creatividad. Entre los vegetales destacan la coliflor a las brasas con relish y mantequilla de cúrcuma, los brócolinis tatemados con tzatziki o el betabel orgánico a la leña con mousse de feta, demostrando que la parrilla también puede ser delicada y fresca. Entre los imperdibles están el tiradito de filete con gremolata de habanero, el tartar de res con tuétano, los mejillones al mojo de hierbas y el pulpo rostizado con aioli de habanero y aceite de hierbabuena.

Los platos principales destacan por su abundancia y generosidad: gnocchi con osso bucco de res, short rib de un kilo para compartir o la picaña de res a la leña servida en un sándwich CUEVA. Los cortes a la parrilla como New York, picaña, tenderloin o rib eye prime se acompañan de guarniciones caseras como las papas enterradas. Para cerrar, los postres mantienen el mismo cuidado: tarta vasca, pay de nuez, flan con dulce de leche o mousse de chocolate, perfectos para prolongar la sobremesa.

En CUEVA se sirve hospitalidad. Liderado por Edgar en cocina y Hugo en servicio, el equipo trabaja con la idea de que cada visita sea inolvidable, dejando al comensal con ganas de volver. El menú es un viaje de sabores intensos y originales, desde entradas que abren el apetito y la conversación hasta cortes jugosos y vegetales elaborados con técnica. Cada plato se termina frente al fuego, con una chispa de creatividad que define la propuesta.

La experiencia se complementa con música relajada, copas de vino bien servidas, cócteles que invitan a quedarse y un ambiente que abraza. CUEVA también es un acto social: todos los insumos provienen de pequeños productores mexicanos, honrando la tierra y apoyando lo local.

CUEVA no es solo una parrilla de autor. Es un hogar extendido, un espacio donde lo cotidiano se vuelve especial, donde el fuego une y donde compartir alrededor de la mesa sigue siendo el gesto más humano y entrañable.

Dirección: Córdoba 49, Roma Norte

@cueva.rest

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