Daniel Buren, genio geométrico

La Galería Hilario Galguera nos ha regalado una maravillosa exposición del artista Daniel Buren, (París 1938), titulada Las cajas, trabajos situados, 2022. Una muestra que repasaba las obras más recientes de Buren, basadas en cubos, y que con su talento ha llenado las paredes de la Galería con esculturas modulares de colores con múltiples efectos, donde el espectador también participa con sus reflejos.

Una de las claves de la obra de Daniel Buren, que está en los mejores museos del mundo –incluso ha creado la entrada del Nuevo Museo Pompidou en Málaga– es la visión de la negación de la pintura, la reduce al mínimo, soporte y color. Utiliza formas geométricas básicas para sus composiciones. Cuadrados, espejos, rompecabezas, superficies ajedrezadas, cajas de colores, cruces, un efecto mágico. Las 25 piezas que se han expuesto están producidas en México. Como artista ha intervenido espacios públicos y edificios históricos. Recibió el León de oro de la Bienal de Venecia y el Premium Imperial de Japón. Ha realizado grandes exposiciones en el museo Guggenheim de Nueva York o el Pompidou de París, también intervino el edificio de la Fundación Louis Vuitton, un total de poco más de tres mil intervenciones.

Conversamos con Daniel, que destaca: “has visto cómo con pocos elementos ha llenado la galería”, y confiesa que está “muy unido a la geometría, es como la variación de la música, que solo usa unos pocos elementos, las partes de una partitura”. Un total de 25 piezas en diferentes colores, todas distintas que crean un espacio singular. “El color marca la distinción” declara, le gustan por igual los espacios públicos y los espacios privados para mostrar su obra, él se adapta, aunque reconoce que “es un desafío crear una obra pública”.

Hablamos de cómo el arte puede cambiar la sociedad, “el arte habla de la sociedad, aunque no todo arte modifica, transforma, pero algunas obras de arte pueden hacer muchas cosas. Hacer obras públicas en un país como México con millones de habitantes, puede ser interesante porque llegas a la gente. Es importante captar la mirada del público”. Él habla de la inspiración, de ciudades como México, “muchas cosas me inspiran, pero la mayor inspiración es la experiencia. Las cosas que vives”. Sentencia. “En los últimos 50 años ha cambiado mucho el arte. Más personas asisten a museos. Pero en realidad es un nicho muy pequeño y exclusivo, el arte, parece que está en todos lados, pero es algo minoritario”.

Nos habla de su relación con México, “cuando tenía 18 años, hice mi primer viaje y me enamoré de México, es una ciudad que cambia drásticamente, tardé en volver porque la idealizaba, tenía miedo a romper ese mito con dos millones de personas. Es una de las ciudades más grandes del mundo que se modifica constantemente. Pero no me decepcionó. Recuerdo las Torres Satélite, un conjunto escultórico de Luis Barragán y Mathias Goeritz cuando estaban fuera de la ciudad y era un efecto sorprendente, ahora están dentro de la ciudad, ha cambiado su contexto, pero es todo un símbolo y la obra permanece fuerte. Me impresionó”.

Hablamos de los viajes tras la pandemia, “viajar es necesario, yo lo hago dos o tres veces al año. Lo que no me gusta es ser un turista. Odio a los turistas, es lo que más poluciona, lo destruyen todo. Es como ha pasado con Venecia o el Gran Cañón, todo el mundo llega y lo deteriora. Turquía es totalmente invadido por turistas, tiendas, visitantes. Es una lástima”. Se lamenta.

Hablamos de los materiales con los que trabaja, “Madera, cemento, espejos, piedras, acero, materiales que me permitan expresar lo que quiero”. Después de México parte a Nueva York con una exposición de espejos multicolores. Los coleccionistas le reclaman, y hablamos del mercado del arte, “es divertido, aunque mucha gente sospecha de ese mercado, yo lo necesito para vender, pero ha habido muchos desastres, en mi generación no había mercado del arte, no existía. Ahora hay muchas oportunidades para los artistas y cada vez es más importante. Hasta las pequeñas galerías tienen mucho impacto”. Pero es escéptico, “es sorprendente decir que el arte sorprende”.

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