Diego Botín, vela de oro

Diego Botín es, sin lugar a duda, el deportista español del año, aunque su deporte, la vela, no tenga la repercusión del tenis o el fútbol. El mismo domingo en que Carlos Alcaraz conquistó Roland Garros y el equipo de España de Fútbol ganó la Eurocopa, Botín sorprendió a todo el mundo ganando en la bahía de San Francisco la Gran Final de Sail GP. A este santanderino de corazón también podría compararse con Fernando Alonso porque su deporte está considerado como la Fórmula 1 del mar.

Superando a pesos pesados del deporte como el capitán Tom Slingsby de Australia o a Peter Burling de Nueva Zelanda, el equipo español liderado por Botín se llevó los dos millones de dólares del premio. La emocionante victoria de Botín en la carrera por las cimas de las olas para conseguir el premio en efectivo más grande de la vela rompió la racha de tres temporadas de Slingsby como campeón de la liga. España pasó de estar en décimo lugar el sábado a clasificar el domingo para la Gran Final debido a un error del patrón francés Quentin Delapierre y su tripulación en una regata que los dejó fuera de la final. “No puedo explicar lo que siento”, nos dijo Botín después de recibir una soberbia ducha de champagne al ritmo de los acordes del himno español.

Dos semanas después de lograr el sueño de ganar el campeonato de vela, Botín se alzó junto a Florian Trittel, también parte del equipo de Los Gallos de Sail GP, con la primera medalla de Oro para España en los Juegos Olímpicos de París. Campeones de la clase‘49er’ de Vela, Botín y Trittel disfrutaron un oro que reconocen querer como nada en el mundo. A sus 30 años, este madrileño de nacimiento, pero residente en Santander desde los ocho meses de edad, asegura vivir sorprendido por un año en el que ha conseguido cumplir los dos sueños por los que ha luchado desde la infancia. “Estoy muy sorprendido”, admitía el deportista.

Hijo y sobrino de armadores, Botín pertenece a una saga de banqueros españoles que siente pasión por el mar y los deportes de vela. Diego Botín-Sanz de Sautuola empezó a navegar cuando era solo un niño y observaba los barquitos de vela en la Bahía de Santander. Decidió dedicar su vida a curtirse sobre el mar con siete años, cuando ingresó en el Centro de Alto Rendimiento de Vela Príncipe Felipe de Santander. Este fue el comienzo de una meteórica carrera que le ha llevado hasta la gloria del oro olímpico y ganar en la Fórmula 1, la competición Sail GP, representando a España con orgullo en ambos casos. Nieto del banquero Jaime Botín de Sautuola, quien fuera presidente de Bankinter y vicepresidente del Banco de Santander, con quien comparte su pasión por la vela; Diego es además sobrino de Marcelino Botín, uno de los más respetados diseñadores de barcos del mundo. Su padre, Gonzalo Botín, admira el gran trabajo de Diego en la competición Sail GP.

Cuando se cumple un sueño ¿Cómo vuelves a la rutina, a volver a empezar para competir el próximo año?
Me tomaré unas vacaciones y volveré al trabajo. Ejercicio, meditación, preparación técnica. Esto es un trabajo de equipo que requiere mucha entrega.

¿Qué sentiste al ganar la gran final de Sail GP, la Fórmula 1 del mar?
Es increíble, increíble. No puedo creer que lo hemos conseguido. Estaba centrado en intentar ganar a los franceses, pero terminamos ganando. Fue algo que me costó aterrizar.

El día anterior terminaste en los décimos lugares, ¿Cómo se pasa del décimo al primero?
Fue un trabajo de equipo muy grande. Tuvimos una visión muy clara y la ejecutamos. A principio de año, entendimos que teníamos que elegir muy bien a las personas del equipo. Hemos formado un joven, con poca experiencia, pero con mucho talento y hemos mantenido el trabajo de ese equipo durante todo el año hasta llegar a lo que logramos en San Francisco.

En tu primer año como líder del equipo de España de la Fórmula 1 del mar, ¿aceptaste el reto pensando que podías ganar? Siempre piensas que puedes ganar cuando aceptas algo así. Este es un deporte de equipo y siempre he confiado muchísimo en todos. Sabíamos que podíamos hacer grandes cosas juntos, pero no pensaba ganar el campeonato tan rápido. Hemos ganado tres finales este año y eso es algo increíble comparando nuestra situación actual de campeones a como estábamos el año pasado en este mismo evento. Mentalmente teníamos ventaja en la final porque Australia tenía que defender su título, que nunca es fácil, y Nueva Zelanda venía de tener una diferencia de puntos muy grande durante la temporada con respecto al resto. En la final eso da igual. Nosotros íbamos con todo a por todo porque no teníamos nada que perder, solo ir a por la victoria. Eso hemos hecho y nos salió bien.

¿Lo has ganado todo este año?

A título personal, siento que pocas cosas más grandes voy a poder hacer en mi carrera deportiva. Es muy difícil superar lo que hemos logrado con este equipo y el trabajo de tanta gente. No me imagino nada superior.

Explica la diferencia entre ganar Sail GP y la medalla de oro en las Olimpiadas
Los Juegos son un trabajo de muchos años. Es un sueño que tienes desde pequeño. Es un equipo pequeñito, solo somos tres o cuatro en el equipo y con mucha ayuda externa. Al final, sientes la responsabilidad por tu país y te sientes parte de un equipo muy grande que es la representación española en los juegos. Es difícil de explicar la sensación de grupo. Ganar la Copa de Sail GP es un trabajo de nuestro equipo. Hay mucha presión cada fin de semana, las emociones en los juegos surgen en un solo evento. La presión es brutal.

De Madrid te fuiste a Santander para estar cerca del mar
Sí. Vivir en la bahía de Santander, me ofreció la posibilidad de desarrollar mi pasión por este deporte. Recuerdo que en la época en la que yo me iniciaba, mi padre navegaba en solitario en unos barcos pequeños, yo veía a los niños navegar en su Optimist y me quería unir. Cuando me subí por primera vez ya sabía que aquello era lo que haría el resto de mi vida

El sacrificio no se compra

Totalmente. Eso es de cada uno. Tiene que ha- ber pasión, no hay ganancia sin sacrificio. Para poder superar el sacrificio hay que sentir una pasión infinita. Creo que soy así desde pequeño y eso siempre ayuda. También tengo unos valores muy claros, de trabajo, de respeto y me gusta trabajar en equipo. Todo eso ha hecho que pue- da ser parte de algo tan grande como lo que he logrado este año.

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