TEXTO: MARÍA ESTÉVEZ / FOTOGRAFÍA: COREY NICKOLS
A Diego Luna no lo define un solo rol lo que lo define es una mirada: crítica, compasiva, lúcida. Una mirada que busca entender, narrar, transformar. Desde las galaxias lejanas de Andor hasta la crudeza de Estado de Silencio, Luna se consolida como una de las voces más coherentes y comprometidas del cine contemporáneo. Pocos actores latinoamericanos han transitado con tanta autenticidad el camino a Hollywood. Desde su irrupción en el cine internacional con Y tu mamá también hasta su consolidación como protagonista de la serie Andor, Luna ha sabido equilibrar la fama con la reflexión, la acción con la introspección. En su última etapa, ha profundizado en su faceta de narrador y activista, explorando su identidad y su historia personal a través de su libro, su documental y su papel en el universo de Star Wars.
En Estado de Silencio, el documental que produce junto a Gael García Bernal y que acaba de adquirir Netflix, Diego Luna da un paso al frente en la defensa de los periodistas mexicanos. No es solo una denuncia, es una alarma encendida con urgencia. “Vivimos en el país más peligroso para los periodistas de este continente. Es una locura. Es ridículo. Necesitamos esas voces más que nunca”, declaró Luna durante su estreno en el Festival de Tribeca.
El documental, dirigido por Santiago Maza, retrata la vida de cuatro reporteros amenazados por ejercer su oficio. En un país donde han sido asesinados más de 160 periodistas desde el año 2000, Luna se niega a callar: “El cine es una gran herramienta para devolver la humanidad a las cifras. Contar historias personales es una forma de luchar”. Nacido en Toluca, México, en 1979, Diego Luna creció en un ambiente donde el arte y la política se entrelazaban. Su padre, Alejandro Luna, es un reconocido escenógrafo, y su madre, británica de origen, diseñaba vestuario. Desde joven, Diego estuvo inmerso en debates familiares y discusiones sobre justicia social. En sus palabras: “Siempre estuve en escuelas que te empujaban a ser proactivo, a alzar la voz sobre lo que te importaba. A definir tu voz. A no convertirte en un simple número”.
Un actor que se volvió autor
Durante el Festival Internacional de Cine de Guadalajara, Diego presentó su biografía La Neta es Chida pero Inalcanzable, escrita por Roberto Fiesco. Más que una retrospectiva de su carrera, el libro es una exploración de su identidad artística. “El cine tiene que reflejar lo que somos como sociedad. No tendría sentido hacerlo solo para entretener”, confesó. Su ruptura con la televisión llegó a los 19 años, tras éxitos como El Premio Mayor. “Estaba cómodo, pero no quería una vida fácil. Quería una vida real”. Fue Alfonso Cuarón quien lo llevó a ese nuevo camino con Y Tu Mamá También, su verdadera explosión cinematográfica. Esta formación le permitió desarrollar una con- ciencia crítica que ha mantenido a lo largo de su carrera. En su libro explora temas como la migración, la memoria y la resistencia, ofreciendo una mirada íntima a su proceso creativo y a las experiencias que lo han marcado. Su compromiso con la representación y la diversidad se refleja en su trabajo y en sus declaraciones. “Es importante que nos veamos en la pantalla, que nos sintamos representados, que las historias que contamos reflejen el mundo que está ahí afuera” .
Cassian Andor: construir al revolucionario
Con Andor, la serie televisiva dentro de la Galaxia de las Estrellas, Luna no solo protagoniza, produce, guía, supervisa. Es el corazón del proyecto. Y lo que atrapa no son los efectos especiales, sino la posibilidad de contar el nacimiento de un ideal. “¿Qué tiene que pasarle a una persona para estar dispuesta a sacrificarlo todo por una causa? Eso me obsesiona”. Cassian es un personaje marcado por la oscuridad. “Comenzó a luchar a los seis años. ¿Qué significa eso? ¿Qué infancia perdió?”, se pregunta Luna, mientras nos traza la historia de Andor, una serie sobre memoria, dignidad y resistencia. Luna no teme ser quien sostiene la visión del realizador Tony Gilroy en el rodaje. “Yo soy el que está ahí, asegurándose de que todos entiendan lo que estamos contando. Desde los actores hasta los técnicos. Porque todo importa.”
Su participación en Andor, la serie precuela de Rogue One, es un hito en su carrera. Interpretando a Cassian Andor, Luna dio vida a un personaje complejo, alejado del héroe tradicional, que refleja las contradicciones y dilemas de la lucha contra un régimen opresivo. “Es sobre el viaje de personas reales. Lo más real que puedes encontrar en Star Wars. Sus esperanzas están rotas. Todos están oprimidos. Hay una sensación de que “algo tiene que suceder” .
Además, la serie permitió a Luna conectar con su herencia y compartir con su familia una historia que resonaba con su propia identidad. “Lo que más me emociona es poder compartir esto con mis hijos. Su relación con Star Wars es diferente, pero es algo que puedo compartir con ellos”. A Luna no le gusta que se le vea como una estrella de Hollywood, aunque lo sea. Por eso fundó la productora La Corriente del Golfo, por eso creó Ambulante, el festival que lleva cine documental a todo México.
Porque cree que las historias salvan. “La cultura no se representa sola, se construye. Si no cuidamos nuestras voces, otros las van a contar por nosotros. Mal.” Su sentido de responsabilidad lo atraviesa todo: su cine, su activismo, su liderazgo. “Hacer cine sin propósito es como gritar sin tener nada que decir”, sentencia.
El arte como forma de lucha
Diego Luna no ha dejado de actuar, pero su mirada va mucho más allá de la actuación. Es un constructor de sentido. Un rebelde que sigue creyendo. Un narrador que entiende que hay historias que no pueden esperar. “Me hace sentir bien ser útil. Si una historia puede mover algo en alguien, entonces valió la pena.” En un mundo cada vez más ruidoso, Luna elige contar lo que otros callan. Y en eso, quizá, reside su verdadera revolución.
