Dom Pérignon & Basquiat, french graffiti

Uno de los champagnes más nobles tiene una debilidad por la cultura pop. De hecho, desde hace tres décadas, Dom Pérignon ha dialogado con los iconos culturales más mainstream. Comenzó con la añada 2000, dedicada al káiser de la moda Karl Lagerfeld, y siguió con estrellas de la música como Lenny Kravitz y Lady Gaga. Sin embargo, lo que siempre ha funcionado mejor ha sido la combinación con las artes visuales, que empezó, como no podría ser de otra manera, con el homenaje al padre del pop art, Andy Warhol. Luego vino la colaboración con Jeff Koons, el artista que otorgó estatus de museo al kitsch, y ahora le toca el turno al genio rebelde del graffiti.

Este año, el escudo de Dom Pérignon se superpone a la corona estilizada de Jean-Michel Basquiat, dos poderosos símbolos que se unen para una edición limitada que hace un guiño a los coleccionistas italianos. La serie que alberga la añada 2015 está formada por tres cajas, las cuales representan, cada una, un semento de uno de los cuadros más famosos y enigmáticos del artista: In Italian (1983). La pintura, realizada en el apogeo de su carrera, poco antes de su muerte a los 27 años, en 1988, tiene muchos escritos, algunos en latín, pero ninguno en italiano.

Aquí se encuentran muchos de los rasgos estilísticos clásicos del artista, como la expresión “corona de espinas” y los campos de color típicos del graffiti, dominados aquí por el amarillo, azul y verde, los mismos colores que luego aparecen en las tres etiquetas. La combinación de medios muy diferentes es la firma estilística de Basquiat, cuyos lienzos están cubiertos de escritos, tachaduras, números y letras, fechas y símbolos, logotipos y códigos, todo ello mezclado de manera tan armoniosa como críptica. Obras caracterizadas por una complejidad cuyo secreto reside enteramente en el ensamblaje, al igual que en el arte del chef de los caves, Vincent Chaperon.

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