La comida, la puesta en escena y el emplatado, siempre han sido el escenario para el gourmand. El teatro siempre alimenta el alma, así que Millesime ha ido más allá y, en una propuesta valiente, asombrosa, casi onírica, nos invita a una fiesta de los sentidos y a una experiencia única. Vivimos la locura en primera fila.
Llegar a Tulum siempre tiene algo de magia, de seducción, de invitación a la fiesta, al descanso y a que abramos nuestros sentidos. En esta ocasión se cumplió a rajatabla. Llegamos al evento y nos encontramos con un nuevo concepto de artes escénicas; como telón de fondo, el arte gastronómico de altura. Actores de teatro, musas, danza y una recepción única. Un pop up que desafía los sentidos.
¡Locura! Es una cena con un menú de ocho tiempos donde el comensal forma parte de una obra de teatro donde además de los actores participa el chef, en un juego de escenarios que te lleva a probar platillos en diferentes espacios: escuchas historias de pescado mientras te preparan un ceviche. Se trata de un teatro que conmueve y tiene sabor.
Al frente de la cocina, maestros como Jonatan Gómez Luna, Gabriela Ruiz, David Cetina, José Luis Hinostroza, Nicolás Tapia y el chef de Millesime, José Luis Estevan. Todo diseñado para 80 personas al interior del Hotel Tribal, localizado en el kilómetro 10.1 de la carretera Tulum-Boca Paila. Manuel Quintanero es el fundador de la compañía con experiencias de espacios gastronómicos en Chile, Panamá y Madrid.
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En Tulum ha hecho una apuesta valiente, donde el comensal vive una atmósfera única, envolvente, con acrobacia, danza, música, historias de náufragos, la fuerza de Tulum y de unos platillos que llegan a la mesa como parte del espectáculo.
Un torrente de experiencias. El menú de ocho tiempos y veinte actores contagia la locura en una noche difícil de olvidar donde sientes que atraviesas el espejo de Alicia, tal como las fiestas de las mejores playas del mundo, desde Copacabana a Ibiza y de vuelta a Tulum. Complicidad, risas y sabores maravillosos con un gran maridaje.
Setas, ceviches, cubertería mágica, frondosidad, arena, actrices sorprendentes, actores elegantes o bohemios, humo, playa y mixología forman una tormenta de fantasía que contagia. Sin duda, una locura que bien vale la pena descubrir.