Galea, ubicado en Sinaloa 67, en la Roma Norte, es mucho más que un restaurante italiano contemporáneo. Rafael Zaga y Michelle Catarata recuperan el arte del guiso y la alquimia culinaria para transformar ingredientes nobles en una experiencia cálida, profunda y memorable. Se trata del viaje culinario del chef Rafael Zaga, quien tras una década en Nueva York regresó a México en 2021 para volver a lo esencial. Su propuesta se aparta de los clichés y encuentra una nueva identidad al combinar la tradición italiana con los mejores productos del terroir mexicano. Aquí, la técnica es sutil pero rigurosa, la creatividad, elegante y contenida y cada plato revela una complejidad que se percibe sólo cuando el sabor deja su huella.
Hoy, Galea vive una nueva etapa marcada por un regreso consciente al guiso, a las cocciones lentas y a ese respeto absoluto por el ingrediente que Zaga perfeccionó en cocinas estrelladas como Marea. Inspirado actualmente en las regiones del norte de Italia (Toscana, Piamonte y Venecia), el chef reivindica el uso de cortes y partes del animal que muchos descartan, convencido de que el verdadero lujo reside en la transformación. Así nacen platos como la coppa di testa convertida en un delicado carpaccio con salpicón de langosta y salsa tonnato; el brasàto al Barolo elaborado con cachete de res; o la pasta rellena de sesos de res wagyu con ricotta, alcaparra y acelga, que ejemplifica esa alquimia que sólo domina quien entiende a fondo el producto. A ellos se suma la terrina de pierna de pato con foie, cebollas agrodolce y mermelada de tomatillo, un puente entre Italia y México tejido desde la técnica y la sensibilidad.
La propuesta dulce, a cargo de Michelle Catarata, quien fue Chef Repostera del Año 2024 por Culinaria Mexicana, completa esta visión con postres equilibrados, precisos y profundamente ligados a la temporalidad. Su formación en Nueva York y su complicidad creativa con Rafael han dado vida a una pastelería que rehúye los excesos y apuesta por la sutileza: sabores claros, texturas impecables y una armonía que respeta el ingrediente por encima del artificio. Cada creación, desde su emblemático pastel de chocolate hasta sus composiciones de temporada, dialoga con la frescura y honestidad que definen el espíritu de Galea.
Pero Galea es también una forma de hospitalidad. Para Rafael, su equipo y Michelle, el restaurante funciona como una casa. Un lugar donde cada invitado es recibido con calidez y donde el servicio es el ADN del lugar El diseño minimalista, la música, la atmósfera íntima y una carta de vinos curada con precisión refuerzan esta sensación de refugio gastronómico. Sin duda, Galea se ha convertido en una incubadora de talento donde las técnicas se comparten, se enseñan y se perfeccionan, poniendo en valor lo casero sin renunciar al rigor del fine dining.
Tras cuatro años de evolución y reconocimientos como el Bib Gourmand Michelin 24–25 y su inclusión en listas como The Gentleman, Marco Beteta y Culinaria Mexicana, Galea se consolida como uno de los referentes imprescindibles de la Ciudad de México. Una casa donde la cocina italiana se reinventa desde la raíz, donde el guiso recupera su dignidad, y donde cada plato recuerda que el verdadero lujo está en volver a lo que importa: el producto, la técnica y el sabor.
