Siete décadas después su imagen sigue vigente, e inspira a jóvenes actores y marcas que buscan transmitir la seducción de la eterna juventud. Este otoño se celebra el 70 aniversario de la muerte de Dean. En septiembre de 1955 el joven James estrelló su Porsche 550 Spyder contra otro automóvil. Sucedió en la ruta 46 de California. En poco más de 16 meses había conquistado a medio mundo con tres películas, una ni siquiera pudo verla estrenar, Gigante, y fue por primera vez una persona fallecida, candidata al Oscar. El legado de este héroe de la pantalla está vivo.
Todo lo que le rodeó se ha convertido en objeto de museo, su ropa, su partida de defunción, sus películas. El documental James Dean: forever Young(2005), repasa la breve trayectoria del actor, una obra en la que Michael J. Sheridan le dedicó una década de trabajo e investigación, donde muestra sus trabajos en televisión y papeles secundarios en el cine como Fixed Bayonets, de Sam Fuller, o junto a Jerry Lewis en ¡Vaya par de marinos! Su corta carrera sirvió también para generar numerosas fotografías, portadas de revistas, posters y reportajes. Dennis Stock de la agencia Magnum fue uno de los que más le fotografió. Su magia con la cámara era excepcional y él se mostraba cómplice con cada fotografía. amor mutuo que sentía por la cámara y la cámara por él.

Irónicamente el actor poco antes de morir rodó un anunció donde afirmaba, “Conduce con calma. La vida que salves puede ser la mía”. La estrella falleció dos semanas más tarde. Horas antes de morir recibió una multa por exceso de velocidad, pero nadie le frenaba en su carrera hacia la muerte. Como actor fue un modelo para muchos, con esa mezcla de rebeldía y naturalidad. Para el mundo de la moda su estilo reflejaba el nuevo aire de una juventud que se distancia de sus padres y de los convencionalismos. El director Elia Kazan lo eligió para Al este del Edén para la imagen de un personaje conflictivo, atormentado, rebelde pero sensible.
Hasta tuvo que emborracharle para hacer alguna escena. Su pasión por el cine la compartía por su pasión por las carreras, en cuanto pudo ahorrar con su éxito se compró con Porsche 356 Speedster, después un 550 Spyder, con el que competir en carreras, pero solo le duró nueve días. Su manera de vivir al límite le llevo a un rápido final. En el auto cuando falleció iba con el mecánico alemán Wütherich quien recordó las últimas palabras de Dean, : “Ese tipo tiene que parar… Nos verá”. Lamentablemente, el conductor de enfrente Turnupseed no los vio. Dean sufrió una fractura de cuello y falleció a causa de graves lesiones internas. Wütherich, vivió con sentimientos de culpa tras el accidente de coche, intentó suicidarse dos veces durante la década de 1960. Murió en un accidente de tráfico por conducir ebrio en 1981.
En Rebelde sin causa, también con Elia Kazan, se da la extraña circunstancia de la trágica muerte de los tres protagonistas, James Dean, Natalie Wood y Sal Mineo. La actriz apareció flotando en aguas de la isla Santa Catalina, en un misterio sin resolver. Oficialmente por accidente. Y Sal Mineo murió a los 39 años, fue apuñalado regresando a casa después de un ensayo teatral. Cuentan que el actor Alec Guiness se encontró con James Dean en un restaurante y le enseñó su nuevo coche y como un presentimiento le dijo “ si conduces este coche te morirás en una semana” . En el eco suenan las palabras de John Dered, “vive rápido, muere joven y deja un bonito cadáver”. Andy Warhol dijo que “James Dean representó el alma maltratada y hermosa de nuestros tiempos”.
