
La apertura en Masaryk ha dado un nuevo impulso a La Buena Fe, que todos los medios coinciden se consagra como un destino gastronómico y de diversión en la ciudad. Un lugar privilegiado para una cocina privilegiada. Han sido fieles a la gran tradición mexicana con botanas, carnes y ensaladas, pero han abierto su carta al mundo con platillos internacionales. Además de la comida, el servicio cuidado y profesional son otras señas de identidad de La Buena Fe.

El nuevo espacio en Polanco dispone, además, de una terraza única, de las más acogedoras de la ciudad, y una arquitectura atractiva que permite un lugar con techo panorámico y vistas excepcionales. El restaurante cuenta con una buena cava y una interesante colección de vinos para maridar con su platillos.
Otro de sus atractivos, que a nosotros nos encantó, es su Festival Español, un homenaje a la gastronomía ibérica, todo un espectáculo y una fiesta con joyas como el fideo con calamares y camarón, las croquetas de jamón ibérico —excepcionales—, arroz negro con chipirones y, de postre, crema catalana.