El concepto de la tienda es minimalista, donde predominan claras señas de identidad, como el tradicional color verde en una de las paredes y lámpara de cristales. Por lo demás, el protagonista es Rolex. Las vitrinas muestran la variada gama de su colección. Una marca legendaria que han llevado y llevan algunos de las personalidades más destacadas del siglo, desde actores como Paul Newman a grandes pilotos, como Jackie Stewart; deportistas como Roger Federer o el di- rector de orquesta Gustavo Dudamel.
Desde su nacimiento, a principios del siglo XX la marca ha sido sinónimo de calidad y de excelencia. Hans Wilsdorf fue el fundador, en 1920 de Rolex. Pioneros en el reloj de pulsera hermético con Oyster. Desde entonces, están creados con las mejores materias primas y elaborados en su manufactura, con tal precisión, que son de los relojes más valiosos del mercado.

Con más de un siglo de calidad y precisión, acaban de presentar su GMT Master II durante la feria de Baselword, y ya se ha convertido en un fenómeno por el que hay que aguardar una larga lista de espera. Mientras, sus piezas vintage se subastan por millones de dólares. La entrada de esta corona en El Palacio de Hierro llegó de la mano de la firma Berger, con una larga trayectoria en el mundo de la alta relojería y un reconocimiento internacional entre los grandes joyeros del mundo.
“Es importante para Rolex estar en un espacio como El Palacio de Hierro. Vamos a tener nuevos clientes, una buena noticia para Berger. Las boutiques de Rolex, ésta y la tienda de Masaryk, son un buen complemento. Cada año, Rolex presenta nuevas creaciones, y los últimos han sido de gran éxito, colecciones muy completas y muy balanceadas”, destaca Ari Berger, uno de los artífices de la llegada de Rolex a El Palacio de Hierro. Para Berger, no basta con adquirir un objeto de lujo: “La experiencia de la compra es importante, un precio competitivo, el servicio, experiencia y la garantía, con lo que el cliente tiene muchas facilidades, y resulta mucho más cómodo que comprar fuera del lugar donde vive. Esa experiencia es muy importante para el cliente”, subraya.
El equipo de la firma relojera destacó, en la apertura de la tienda, su buena sintonía con Berger. Y Ari responde: “El amor de Rolex por Berger es correspondido, es una relación fiel, limpia, clara y honesta. Buena, de muchos años —y recuerda—; los inicios fueron cuando llegó la filial, que cambió el mundo Rolex. Siempre estuvimos involucrados con ellos, desde el principio”.
Y afirma: “Hoy, el mexicano ama Rolex y busca sus novedades. Éste es el fruto de un trabajo a lo largo de los años, pues la firma suiza ha hecho un gran trabajo en México para que la gente ame Rolex”. Además, Ari acepta el reto de conquistar a las nuevas generaciones: “Creo que los jóvenes tienen relojes digitales y relojes con complicaciones. En un inicio pensábamos que [el reloj digital] iba a afectar al mercado, pero el joven quiere un buen reloj, algo más como una joya, una pieza única”.