Larga vida para el icono volador

El Santos Dumont fue reinterpretado por última vez en 2019 y ahora, por primera vez, lo hace con un movimiento esqueleto que ofrece una singular arquitectura, sin perder un ápice de elegancia ni, por supuesto, el legado del original de 1904 (caja de oro o acero, tornillos visibles, corona perlada y cabujón azul). Porque este movimiento integra una masa oscilante funcional miniaturizada inspirado en el Demoiselle, un avión precursor diseñado por el piloto en 1907. Esta nueva creación incorpora un nuevo calibre automático, el 9629 MC, desarrollado especialmente para dar forma al icono.

Dotado de microrrotor, la manufactura Cartier de La Chaux-de-Fonds ha invertido casi dos años de desarrollo para procurar que los 212 componentes tengan la debida precisión y funcionalidad. La novedad es que el movimiento se puede apreciar sin obstáculo alguno y parece, literalmente, estar suspendido entre una red de puentes de formas elegantes que inciden en la forma cuadrada de la caja. Esta estructura y geometría de forma delata que es un mecanismo desarrollado desde cero.

Aunque, sin duda, el elemento llamativo se halla en la gran abertura circular que alberga el microrrotor de platino. El contrapeso a esa poderosa imagen está en el cilindro calado a la 1 en punto, mientras el volante se puede observar a las 11 horas. O lo que es lo mismo, es un reloj esqueleto que ha sido creado como mandan los cánones, con una estructura que afina y da funcionalidad a los puentes que sostienen los elementos del movimiento y ofrece la máxima transparencia en ambas caras.

Este diseño de los puentes, como decimos, aporta una funcionalidad añadida, que es mostrar los índices horarios. Los ocho tornillos del bisel colaboran en esta misión, señalando en concreto los índices de las 1, 2, 4, 5, 7, 8, 10 y 11 horas. Los cuatro restantes, los correspondiente a las 12, 3, 6 y 9, están referenciados por unos pequeños cuadrados que ocupan los extremos de los puentes y también el perímetro de la masa oscilante. Este innovador movimiento ofrece una autonomía de marcha de 44 horas. Disponible en oro rosa y acero, el reloj Santos-Dumont Esqueleto cuenta con una edición limitada –150 piezas– de oro amarillo y laca azul en el bisel y partes de la caja que es aplicada totalmente a mano.

Por tanto, este esqueleto es una nueva e interesante aportación en una especialidad en la que Cartier ha dejado varias aportaciones de primer nivel, especialmente a partir de 2009, con el Santos 100 Esqueleto, el cual inaugura el calibre 9611 MC, el primer movimiento esqueleto diseñado y realizado totalmente por la manufactura. Perfectamente identificable con sus puentes esculpidos en forma de números romanos, está protegido por una patente que hace de la firma casi la única cuyos puentes contribuyen a la lectura de la hora. Un dato más: entre 2009 y 2016, en la casa se producen un total de 17 movimientos esqueleto. Del Tourbillon volante calibre 9455 MC en 2010, al Astrotourbillon calibre 9461 MC o el Gran Complicación calibre 9406 MC en 2015.

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