TEXTO: ALBA PEDATA
¿La nueva frontera del turismo? Encontrar un destino sostenible, no solo desde el punto de vista ecológico, sino también social y humano. Una frontera que ya se ha transformado en tendencia, como lo demuestran los grupos hoteleros que realizan resorts eco desde todos los puntos de vista. En primer lugar, la ubicación: lugares únicos, alejados de la realidad, como bosques, selvas, desiertos y glaciares, inmersos en la naturaleza donde la estructura se funde y se integra totalmente con ella. Una estructura que respeta el lugar donde surge: no solo en la elección de materiales, sostenibles y locales, sino también en la forma, que evoca la de los nativos, para preservar su cultura.
Un equilibrio perfecto entre diseño y ecosostenibilidad. Todo ello sin olvidar el comfort, con servicios cinco estrellas, y una tecnología cada vez más aliada en la búsqueda de la sostenibilidad: desde la gestión de la energía hasta la recolección del agua pluvial. Y después: cocina vegana y a Km 0, residuos compostados, centros de investigación científica, excursiones con biólogos, observatorios astronómicos y mucho más. Tras unas vacaciones en estos eco retreats no solo uno vuelve renovado, sino también con una mirada más consciente del entorno y con el deseo de explorarlo a profundidad.
Ulaman Eco Retreat – Bali, Indonesia

Ulaman es un refugio tropical que parece salido de un sueño de arquitectura orgánica. Sus estructuras, construidas íntegramente en bambú, se funden con el río y la selva que las rodean. La energía que abastece al eco retreat se genera de manera autónoma gracias a turbinas hidráulicas, mientras que el agua de lluvia se recolecta y se filtra para el uso cotidiano. La propuesta gastronómica es vegana y orgánica. Las actividades van desde meditaciones en plataformas suspendidas en la espesura, hasta rituales balineses de purificación o talleres de permacultura —un sistema de diseño ecológico que busca crear entornos sostenibles y autosuficientes inspirados en los principios de la naturaleza—. Un lugar idílico para reconectar con uno mismo y con la tierra.
Six Senses Svart – Parque Nacional Svartisen, Noruega

Concebido para convertirse en el primer hotel de energía positiva del mundo, Six Senses Svart se alza a los pies del glaciar Svartisen, dentro del parque nacional homónimo en pleno Círculo Polar Ártico. Su diseño circular, inspirado en las viviendas de los pescadores locales, descansa sobre pilotes que se adentran en el agua para minimizar el impacto en el delicado ecosistema marino. El resort combina tecnologías de vanguardia con materiales naturales para ofrecer una experiencia de cero emisiones, en la que cada detalle —desde el origen de los alimentos hasta la gestión energética— invita a los huéspedes a aprender a vivir en armonía con el planeta. La estancia propone desde clases de cocina sostenible y caminatas sobre el glaciar, hasta la contemplación de la aurora boreal y rituales de bienestar holístico en espacios futuristas que, al mismo tiempo, honran la tradición noruega.
Three Camel Lodge – Mongolia

En el corazón del desierto del Gobi, donde el horizonte se confunde con la inmensidad del cielo, se encuentra Three Camel Lodge: un oasis cultural y ambiental. Sus ‘ger’ —las tradicionales tiendas mongolas— se elaboran de manera artesanal con fieltro y madera local, decoradas con motivos ancestrales, pero equipadas con camas king-size y baños privados que elevan la experiencia nómada al más alto confort. Nacido con la misión de preservar la cultura nómada y los ecosistemas del desierto, este resort invita a participar en ceremonias chamánicas, cabalgar junto a pastores locales, descubrir antiguos yacimientos de dinosaurios y observar especies únicas como el leopardo de las nieves o el camello bactriano. Su compromiso ambiental se refleja en el uso de energía solar, el compostaje de residuos y la reinversión en proyectos comunitarios que fortalecen la economía local.
Mashpi Lodge – Ecuador

Enclavado en la Reserva de Mashpi, en pleno corazón de la selva pluvial andina, Mashpi Lodge es una joya arquitectónica rodeada por un 70% de vegetación primaria. Este eco-resort, al que solo se accede tras un trayecto entre montañas, ofrece una experiencia inmersiva en la biodiversidad: alberga más de 400 especies endémicas, desde aves tropicales y ranas poco comunes hasta plantas medicinales.

Con ventanales que invitan a fundirse con la naturaleza, Mashpi no es únicamente un refugio de lujo: es también un centro de investigación científica donde biólogos y ecólogos estudian los ecosistemas locales, y donde la comunidad participa activamente en la conservación de la reserva. La experiencia se completa con excursiones guiadas, travesías en sky bike sobre el dosel del bosque y rituales de bienestar envueltos en niebla y sonidos primordiales.
Shinta Mani Wild – Camboya

Concebido por el ecléctico diseñador Bill Bensley, Shinta Mani Wild es un santuario de lujo en plena jungla camboyana. Se despliega a lo largo de un valle fluvial intacto de 865 acres, en el extremo sur del Bosque Nacional de Cardamomo. En 2010, Bensley y el empresario local Sokoun Chanpreda adquirieron la concesión de estas tierras con el objetivo de protegerlas de la deforestación.

De esa visión nació un campamento íntimo de bajo impacto ambiental: 15 tiendas de lujo equipadas con todas las comodidades. Aquí es posible unirse al equipo antibraceros en patrullajes reales, participar en proyectos de conservación de fauna o descubrir prácticas sostenibles de aprovechamiento forestal. La propuesta gastronómica se basa en ingredientes orgánicos y de kilómetro cero, el bienestar se vive de manera natural y las ganancias se reinvierten en la protección del Parque Nacional de Cardamomo. Un modelo pionero de turismo de conservación.
Soneva Fushi – Maldivas

Considerado uno de los resorts más emblemáticos de las Maldivas, Soneva Fushi combina una elegancia rústica con una sostenibilidad radical. Sus villas, ocultas entre la vegetación o suspendidas sobre el océano, están construidas con materiales naturales y diseñadas para fundirse con el paisaje. El resort ha eliminado por completo el plástico de un solo uso y recicla el 90% de sus residuos. Además, presume de haber creado el primer programa de surf sostenible del mundo, y cuenta con un observatorio astronómico y un centro de investigación marina. La experiencia incluye plantar corales, participar en talleres de cocina zero waste o sumergirse en aguas cristalinas para nadar junto a mantas y tortugas.


 
                 
                 
                