Los mejores dayboats para los amantes de la velocidad acuática

Cuando cabalgan a toda velocidad las olas no tienen nada que envidiarle a los mega y superyates. Todo lo contrario. Los tender y los botes inflables de última generación se han vuelto un must no sólo para quien quiere vivir el mar sin tener que sostener los costos de grandes barcos, sino también para los armadores que los usan para alcanzar bahías y pequeños puertos sin tener que mover la nave nodriza y su tripulación o, más sencillamente, para disfrutar de la velocidad que logran alcanzar. 

Cuando se habla de tender es imposible no hablar de Wally: Luca Bassani, genio creador de la marca (hoy parte de la galaxia de Ferretti Group), ha sido el primero en volver un icono a un barco que, hasta hace unos cuantos años, sólo era considerado un bote de servicio que llevaba a los huéspedes del puerto a bordo y al revés.

Con el Wallytender Bassani, de 2001, ha revolucionado este concepto, creando un “símbolo del puro placer de navegar open air”. Y recientemente, en el pasado Salón de Cannes, con el 48 Wallytender (primer producto realizado desde que Wally es parte del grupo), Ferretti está listo para confirmar esta filosofía con un ejemplar con una inconfundible defensa negra a lo largo de todo el casco, que logra alcanzar los 38 nudos. Hablando siempre de boatday, el Pardo 38, tercer ejemplar de los walkaround Pardo (después del 43 y del 50), cuenta con líneas limpias, áreas bien definidas en la cubierta, T Top en carbono y está disponible con motores dentro y fuera de borda.

Los últimos años han sido también testigos de un crecimiento exponencial en la demanda de botes inflables o RIB (acrónimo de rigid inflatable boat). Los puntos a favor en comparación con un barco tradicional son muchos: son estables y seguros gracias a un baricentro más bajo; son más ligeros y menos sujetos a cabeceo y vaivén; y, con la misma motorización, son mucho más rápidos. Por último, varía también el número de personas que pueden hospedar: un bote inflable puede hospedar tres veces más personas que un barco convencional del mismo largo. Y, sobre la longitud, cabe señalar que las grandes tallas están empujando el mercado en los últimos tiempos, por ejemplo, los botes de 7 o más de 10 metros, con cabinas, baño y cocina. Son barcos perfectos para el fin de semana, pero no más que eso. El límite, como siempre, es el volumen disponible en el interior.

También en este caso, Gentleman ha seleccionado modelos que logran que hasta a los armadores más exigentes puedan perder la cabeza. Empezando por el BWA 40 WL, bestseller de la marca: un maxibote con cabinas y estilo deportivo; gracias al puente con proa ahusada y a la forma sinuosa de la parte trasera, y un rendimiento de deportivo, alcanza los 44 nudos, a pesar de que la armadura completa (cabina y dinette separada) no lo favorecen. El Sacs Strinder 11 Sport Master ABT no se queda atrás, con sus 740 hp, alcanza una velocidad de más de 50 nudos. Diseñado por Christian Grande, es la edición especial y limitada (sólo 10 ejemplares) de 11 metros. También es una embarcación del astillero lombardo realizada en colaboración con la alemana ABT, empresa dedicada al tuning de coches del grupo Audi-Volkswagen.

El carrusel de botes inflables termina con el Ranieri Cayman 38, que, a pesar de sus 12 metros de eslora, tiene la ventaja de no tener que ser matriculado. En la versión propulsada por dos motores fueraborda de 350 hp toca los 51 nudos y el largo (3.8 metros) regala mucho espacio en su interior, así como cuatro camarotes. El sun deck se transforma en comedor con mesa en la popa. Ideal para un fin de semana cabalgando las olas.

Autor


TE RECOMENDAMOS