Maurice Richard Hennessy (Neuilly, Francia, 1950) encarna la octava generación de la familia que ha convertido su apellido en sinónimo de coñac. La destilería fundada en 1765 por Richard Hennessy, un oficial irlandés al servicio del ejército de Luis XV, es ahora el mayor fabricante de este destilado protegido por denominación de origen (AOC) y producido según la especificación elaborada en 1909.
“El coñac no se improvisa, se crea”, explica a GENTLEMAN el actual embajador de la marca, con quien nos encontramos en el restaurante del hotel Armani en Milán, Italia para emprender un viaje sensorial de maridajes creado por el chef ejecutivo Francesco Mascheroni sobre las notas de Hennessy: jamón de ciervo acompañado con un high ball a base de Hennessy V.S, ginger ale y lima; un Hennessy X.O con hielo y ralladura de naranja para una carrillera braseada a fuego lento; y, para acabar, un excelso Hennessy Paradis Imperial, la joya de la maison.
Lo catamos solo, sin más añadido. Al fin y al cabo estamos ante un cuidado ensamblaje de destilados de entre 25 y 150 años de edad que se produce únicamente desde 2010. “Mi familia no esperó 250 años para crear Paradis Imperial, sino que lo creó para los próximos 250 años “, dice Maurice-Richard Hennessy. “Cada una de las etapas de producción es fundamental para obtener nuestro Hennessy”, explica, pero especialmente el momento del coupage, en el que se combinan años de experiencia y conocimiento de los destilados.
Otra de las etiquetas más emblemáticas, Hennessy X.O –nacida de la contracción de Extra Viejo en inglés–, es el más vendido entre los grandes coñacs tradicionales y el favorito, se dice, de la reina Isabel y, en su día, de Sir Winston Churchill para acompañar su inseparable cigarro. Por cierto, ¿una recomendación? Un Assolo: una edición artesanal limitada de este cigarro toscano con un equilibrio perfecto entre personaje, poder y personalidad, Al igual que Hennessy.
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