Piedra Santa, un viaje sensorial en Holbox

En Holbox, donde el cielo parece tocar el mar y el tiempo fluye con otra cadencia, existe un refugio que lleva la conexión sensorial a un nuevo nivel: Piedra Santa. Concebido como una selva mágica de sabores, este espacio combina cocina ancestral de Quintana Roo con un enfoque contemporáneo que honra la biodiversidad y cultura del territorio mexicano. Desde su apertura en enero de 2020, este lugar se ha convertido en un spot gastrnómico icónico en esta isla paradisiaca.

Nada más entrar al lugar, el viaje sensorial comienza al estar ubicado en un santuario natural. Su decoración selvática, construida por artesanos locales, destaca por su vegetación, árboles y sobre todo en la noche, una luz tenue que invita a bajar el ritmo y relajarte. Entrar a Piedra Santa es abandonar por unas horas el paisaje paradisíaco de Holbox para adentrarse en un entorno que recuerda a la selva amazónica: íntimo, vibrante, vivo.

La propuesta culinaria está a cargo del chef ejecutivo Jorge Gutiérrez. Basada en cocina local y técnicas que mezclan lo ancestral con lo moderno, la carta rinde homenaje a sabores genuinos y familiares del sureste mexicano. Entre los platillos representativos destacan joyas como el Tartar de Res con Sikil-Pak, el Aguachile “Xibalba” (crudo de camarón en salsa negra con chiles, tomates asados y emulsión de aguacate) y la dulce tradición reinterpretada de la Coyota de Guayaba, acompañada de mascarpone, fresas rostizadas y helado artesanal de guayaba rosa. Es una gastronomía cargada de identidad, para nutrir tanto al como al paladar.

La experiencia comienza desde los primeros bocados. El tartar de betabel rostizado con emulsión de kalamata es una entrada que celebra la tierra, mientras que el queso horneado cubierto de cenizas de maíz y frutos en conserva resalta la riqueza de la técnica artesanal.

Un ‘must’ son los platos fuertes como el risotto de hongos o la cochinita en Pib, cocida lentamente en horno de tierra, expresan la esencia misma de la cocina yucateca. Y para los amantes del grill, el pulpo, los camarones y los cortes de res ofrecen una experiencia sensorial que roza lo sublime.

Y no podemos olvidar otro elemento importante en Piedra Santa, como es la mixología, que está pensada como herramienta de conexión energética. Los cocteles Ojo de Tigre, Circón Rosa y Jade están inspirados en piedras de energía cristalina para alinear mente y cuerpo.

Te recomendamos que pidas el Ópalo de fuego, un coctel que honra el tono rojizo de la gema que le da nombre y combina mezcal, cordial de maracuyá, shrub de guayaba y Campari. Cada mezcla es una experiencia en sí misma, diseñada para complementar la narrativa culinaria del lugar.

Y para cerrar con broche de oro, la joya de la corona del restaurante es “Kahuil”, Dios del fuego: un brownie de chocolate envinado con jarabe de Xtabentún, plátano macho caramelizado, mustarda de ciruela y helado de chiles. Una obra maestra y creativa que te despierta emociones profundas.

No podemos olvidarnos del gran servicio profesional y muy cálido, que te hace sentir mejor que en casa. Piedra Santa se consolida como un must absoluto en Holbox: un templo donde gastronomía, cultura, diseño y naturaleza confluyen para ofrecer una de las experiencias sensoriales más memorables del Caribe mexicano.

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