En marzo de 2019 se presentó en el Salón del Automóvil de Ginebra una auténtica obra de arte sobre ruedas: Carmen. El hiperdeportivo de lujo, “hyperlux” que se convirtió en uno de los grandes atractivos de la muestra suiza, comparte el ADN que llevó a Hispano Suiza a convertirse en leyenda y motivo de orgullo para la industria española.
Hispano Suiza fue fundada el 14 de junio de 1904 por Damián Mateu, con el apoyo del ingeniero Marc Birkigt, un suizo que había llegado a España para revolucionar la industria del automóvil. En 1905, Hispano Suiza creó su primer vehículo, el Tipo Acorazado Sistema Birkigt, que equipaba un motor de cuatro cilindros y 20 CV de potencia, y que alcanzaba los 87 km/h de velocidad punta. Le siguió, un año más tarde, el que sería el primer automóvil con motor de seis cilindros construido en España, un modelo de 75 CV de potencia que llegó a completar la ruta Perpignan-Paris en 22 horas; esta proeza recibió una gran atención de los medios de comunicación.
Sus automóviles captaron la atención del Rey Alfonso XIII, que era un apasionado del mundo del motor. Tanto, que incluso tuvo un coche que fue nombrado en su honor, el T45, o “Alfonso XIII”. El primer modelo en lucir la cigüeña plateada fue el H6B, un revolucionario vehículo con motor de 6 cilindros que alcanzaba los 150 km/h.
A lo largo de los años, Hispano Suiza se convirtió en sinónimo de lujo y exclusividad, solo al alcance de la clase alta. Sus coches fueron utilizados por aristócratas, intelectuales y los más reputados artistas del mundo. Entre los clientes de la mítica marca española se encontraban Alfonso XIII, Gustavo V de Suecia, Carlos II de Rumania, Luis II de Mónaco, Pablo Picasso, André Citroën, Coco Chanel, René Lacoste o el mismísimo Albert Einstein y más recientemente Paul McCartney.
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