En el corazón de San Miguel de Allende —ciudad Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO—, Rosewood se convierte en un escenario vivo para celebrar una de las tradiciones más queridas de México: el Día de Muertos. Entre flores de cempasúchil, luces titilantes y el inconfundible espíritu festivo de la temporada, el icónico hotel invita a huéspedes y visitantes a vivir una experiencia donde la memoria, el arte y la gastronomía convergen.

El 2 de noviembre, la jornada comienza con un brunch especial que rinde homenaje a los sabores de la temporada: estación de pan de muerto con toppings, música en vivo y platillos mexicanos que abrazan el alma. Más tarde, el Jardín Rosewood —con vista privilegiada a la Parroquia de San Miguel Arcángel— se transformará en el escenario de una gran fiesta nocturna. Con DJ en vivo, catrines desfilando entre los asistentes, estaciones de antojitos tradicionales, barra libre y un concurso de catrinas, la velada promete ser tan mística como divertida.

Quienes prefieran una celebración más íntima podrán disfrutar de una cena especial de tres tiempos en Pirules Garden Kitchen. El chef Odín Rocha propone un menú profundamente simbólico que fusiona ingredientes ancestrales con técnica contemporánea: tamal con hoja santa y pipián de cempasúchil, mixiote de chamorro de cordero con salsa tatemada y, para cerrar, pan de muerto con espuma de nata, piloncillo y helado de flor de azahar.

Del 15 de octubre al 5 de noviembre, Artesana Boutique ofrecerá tres versiones para llevar: tradicional con azúcar, relleno de crema de chai y uno más con fresas y crema de vainilla. Y en el Restaurante 1826 —del 27 de octubre al 1 de noviembre— los comensales podrán personalizar su pan de muerto con toppings como cajeta, frutos rojos, Nutella y leche condensada.
En colaboración con Rancho Los Labradores, el hotel volverá a ser punto de partida del tradicional Desfile de Catrinas. Uno de sus salones se convertirá en taller de maquillaje para quienes deseen sumarse caracterizados antes de recorrer las calles empedradas entre mojigangas, música y colores.

Al mismo tiempo, la galería del hotel aloja una exposición del artista estadounidense Jon Burkholz (disponible hasta el 18 de noviembre), reforzando el compromiso del hotel con el arte contemporáneo como complemento natural de la tradición. Con esta agenda, Rosewood San Miguel de Allende no solo celebra el Día de Muertos: lo reinterpreta como un homenaje vivo a la memoria, al gozo y al legado cultural de México. Una invitación abierta a sentir, recordar y celebrar.