La experiencia de este año invitaba a recordar la nostalgia de los autocinemas de la mano de Volvo, que está haciendo una apuesta firme por la gastronomía.
Los chefs de Noso, Sandra Fortes y Miguel Hidalgo, reinventaron las recetas del cine de Almodóvar y se probó el gazpacho de Mujeres al borde de un ataque de nervios, el pisto de Átame y la paella de La flor de mi secreto. Gabi Ruiz, ya consagrada entre los grandes chefs de nuestro país, estimuló los sentidos con una experiencia que nos llevó a revivir Como agua para chocolate. Otros nos sentimos Pedro Infante tomando el tequila Don Julio 70 o la versión magistral de 1942. Los que se pensaban más cercanos a Humphrey Bogart se acodaban en la barra de Johnnie Walker.
Incluso hubo un restaurante Casablanca, perfectamente ambientado; otro se llamaba Gatsby y el Metropol era un tributo a ese cine pionero y futurista. Por las cocinas de Millesime pasaron chefs de la categoría de Manish Mehrotra de Nueva Delhi —entre los grandes de India y Asia—, que dejó su impronta y su curry sobresalientes; el aclamado Fran Agudo de Tickets Barcelona; Niall Keating de The Dining Room, en Reino Unido, en la ciudad de Malmesbury, una de las más antiguas del país, y acaba de recibir su segunda estrella Michelin; Eric Canino de La Réserve en Ginebra; Errico Recanati de Loreto, Italia; y Kevin Meehan de California. Un abanico internacional de primer nivel. Entre nuestros chefs, el lujo de ver juntos con La Costeña a Lula Martín del Campo, de Cascabel, a Aquiles Chávez, de Sotero, y a Víctor Morales de Aitana. Marcela Bolaño, de Marsala, puso creatividad y elegancia en sus platos. Torres rescató recetas de Pablo San Román con acento vasco y, en el escenario, flamenco.
Durante el encuentro gastronómico se estregaron los premios Millesime Vivir. Es formidable que unan la filantropía, la gastronomía, el arte y la arquitectura. El galardón para el gran arquitecto Enrique Norten fue más que merecido por su trayectoria y su proyección internacional, con grandes obras en México y Estados Unidos. El artista premiado fue Aldo Chaparro, creador de esculturas de láminas de acero, dobladas como si fueran de papel con efectos espectaculares. Originario de Perú, Chaparro trabaja la madera y las creaciones con neón. El maestro cocinero Ricardo Muñoz Zurita recibió el premio por su talento culinario y como gran difusor de nuestra cocina, desde sus restaurantes Azul y sus más de 25 libros publicados. Y como autora literaria, Laura Esquivel, que con Como agua para chocolate, puso la cocina de México en la mirada de todo el mundo. El premio a la filantropía fue para Alejandra Alemán, quien con Niños en Alegría, lleva más de quince años apoyando a niños y adolescentes sin recursos con una gran labor que ofrece recursos, becas, formación y capacitación. ¡Admirable!
Sin duda se trató de un evento de película, con las mejores estrellas, el mejor guión de nuestro recetario y nuestra coctelería. La magia del cine y el buen gusto.