Valencia inicia el Año Jubilar del Santo Cáliz

En el corazón del Mediterráneo, València abre sus puertas a un año muy especial. Del 30 de octubre de 2025 a octubre de 2026, la ciudad española celebra el III Año Jubilar del Santo Cáliz, una experiencia única que invita a viajar no solo por la historia, sino también por la emoción, la fe y la belleza que habitan en cada rincón de esta ciudad luminosa.

El Centro de Recepción del Visitante del Santo Cáliz, recién inaugurado en el histórico edificio del Almudín, es el punto de partida perfecto para descubrir esta historia fascinante. A solo unos pasos de la Catedral, este espacio ofrece un recorrido visual y didáctico por el origen, el significado y el viaje del Santo Cáliz hasta su llegada a València.

Paneles explicativos, proyecciones, documentos históricos y recursos audiovisuales permiten al visitante sumergirse en el pasado de esta reliquia que ha cruzado siglos y fronteras. La arquitectura medieval del propio Almudín, con sus muros centenarios y pinturas murales, añade un encanto especial a la visita.

El Santo Cáliz, custodiado desde 1916 en la Capilla del mismo nombre dentro de la Catedral de València, es una de las piezas más admiradas por la Iglesia Católica. Según estudios arqueológicos e históricos, la copa superior de ágata pulida (datada entre los siglos IV a.C. y I d.C.) pudo ser la que utilizó Jesucristo en la Última Cena.


Su viaje comenzó en Jerusalén y continuó por Roma, Huesca y Zaragoza, hasta llegar a València en 1424 de la mano del rey Alfonso el Magnánimo. Desde entonces, ha permanecido aquí, testigo de siglos de historia y de momentos memorables, como las visitas de los papas Juan Pablo II y Benedicto XVI, quienes celebraron misa con ella.

Una reliquia que forma parte del alma valenciana

La llegada del Santo Cáliz a València en el siglo XV no fue casual. En pleno Siglo de Oro Valenciano, la ciudad vivía una etapa de esplendor artístico y humanista, con figuras como Ausiàs March o Joanot Martorell, y monumentos que hoy son emblemas de su patrimonio: la Lonja de la Seda, el Palau de la Generalitat o los frescos de San Nicolás.
En ese contexto de apertura y mecenazgo, el Santo Cáliz encontró su hogar definitivo, convirtiéndose en un símbolo de la unión entre fe, arte e historia.

Una ruta para seguir los pasos del Cáliz

Durante el Año Jubilar, València invita a recorrer los lugares que mantienen viva esta herencia. La Ruta Urbana del Santo Cáliz conecta espacios emblemáticos como el Almudín, el Real Monasterio de la Trinidad, el Museo de Bellas Artes, la Basílica de la Virgen y la Catedral, donde se conserva la reliquia.

Además, el Museo Valenciano de la Ilustración y la Modernidad (MuVIM) acogerá la exposición “Un món per descobrir. El Sant Calze de València”, una propuesta que invita a redescubrir el valor espiritual y artístico del cáliz desde una mirada contemporánea.

Cómo llegar a València (desde México)

Viajar desde México a València es más sencillo de lo que parece. Existen vuelos con una sola escala desde Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey, con conexiones a través de Madrid, Barcelona, París o Ámsterdam. Una vez en España, la alta velocidad (AVE) conecta Madrid con València en menos de dos horas, permitiendo disfrutar cómodamente del paisaje mediterráneo antes de llegar al centro de la ciudad.

El Aeropuerto de València (VLC) está a tan solo 15 minutos del centro y ofrece una excelente conexión mediante metro, taxi o autobús. Ya en la ciudad, moverse es fácil: puedes recorrerla a pie, en bicicleta o en transporte público, disfrutando del clima templado que acompaña a València durante todo el año.

Un viaje al corazón espiritual del Mediterráneo

Con este Año Jubilar, Valencia refuerza su posición como destino de turismo cultural, sumando a su identidad mediterránea una dimensión que la conecta con su historia más profunda.

Visitar València, ciudad del Santo Cáliz durante el Año Jubilar será una oportunidad perfecta para contemplar un símbolo universal de fe y esperanza, pero también para redescubrir una ciudad que guarda en su corazón una joya de valor incalculable: el cáliz que pudo ser testigo de la Última Cena.

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