El galán de los galanes franceses ha cerrado los ojos, su belleza y seducción incuestionable rivalizan con un hombre intolerante que no hacía honor a su leyenda. Sin duda uno de los iconos del cine francés. Supo utilizar su belleza como una herramienta para hacer buen cine, su primer éxito llegó con Rocco y sus hermanos, de la mano del director Luchino Visconti, comunista y homosexual, dos condiciones que Delon despreciaba. Antes de iniciarse en el cine se alistó en el ejército y estuvo en Asia con la marina francesa, a su regreso probó suerte en el séptimo arte.
Su poder de seducción le acercó a los primeros papeles, Michéle Cordoue, esposa del director Yves Allégret, fue su amante. “Ella me impondrá ante su esposo, y él me dará mi primer papel en Quand la femme s’en mêle (1957)”, recordaba Delon. Después llegó A Pleno sol con el director René Climent, para muchos una obra maestra, una adaptación de la novela, El talento de Mr. Ripley, de Patricia Highsmith, con gran éxito de crítica, hasta la propia Highsmith se declaró su fan. Hizo un cine comprometido como Eclipse, con el director Antonioni. También con Visconti vivió uno de sus mayores éxitos, El Gatopardo, la adaptación de la novela con Burt Lancaster y Claudia Cardinale. En El silencio de un hombre, de Jean-Pierre Melville, interpretó a un asesino a sueldo, donde dice que dejó fijada para la eternidad su silueta encantadora, trágica y silenciosa”. En total participó en más de 80 películas, y cerca de 10 forman parte de la historia más brillante del cine, sin duda era más que un símbolo de la cinematografía francesa. Rodó con directores como Godard, Antonioni, Visconti, Leconte. Cuando le entregaron la Palma de honor en Cannes, hace cinco años aprovechó para despedirse, “Para mí, más que un final de carrera es un fin de vida. Esta noche es un homenaje póstumo a mi vida. He durado 62 años y ahora sé que lo más difícil es irse. Pero no me iré sin darles las gracias”. Tras el reconocimiento la polémica, pues se le acusó de machista, racista y homófobo.
En 1958 Alain Delon y Romy Schneider, que iniciaba su carrera, coincidieron en el escenario, y en el drama romántico Amo- ríos, iniciaron una relación; enamoraron a medio mundo, volvieron a coincidir en el rodaje tuvieron una pasión que terminó en ruptura, pero siempre se tuvieron el uno al otro. En 1964, el actor dejó a Romy para irse con Francine Canovas, conocida como Nathalie Delon, con quien se casó y tuvo su primer hijo Anthony. El amor de su vida fue Mireille Darc con quien estuvo desde 1968 hasta 1983 pero no tuvieron hijos, después llegó la actriz Anne Parillaud y la modelo Rosalie Van Breemen con quien tuvo dos hijos, Anouchka y Alin-Fabien. En los años 70 hizo varias películas de gangsters, como El clan de los sicilianos o Borsalino donde coincidió con Jean Paul Belmondo, para muchos su alter ego. Era un gran talento sobre el escenario, capaz de estar quieto como un gato en la pantalla. Seducir con la mirada, y hacernos dudar de sus intenciones.
Recibió la Legión de Honor de manos del socialista Miterrand, pero sus últimos años se acercó a Jean-Marie Le Pen y la extrema derecha. En los últimos años se mostró favorable a la eutanasia, no sin polémica en su propia familia. Atesoró un patrimonio de 275 millones de dólares, que lo pasó a sus hijos en vida, para que no se pelearan por su herencia. Sólo en obras de arte, su colección se subastó y vendió por 8 millones de euros. Al ser informado de su muerte, el presidente francés Macrón señalo: “Más que una estrella era un monumento francés”. Cuando le decían que era un seductor, prefería la palabra encantador, “porque seductor está lleno de cálculos a diferencia del encanto”.