Carmelo Rodero, lección de vino

Carmelo pertenece a una larga estirpe de viticultores, creció entre viñedos y amó el vino desde su adolescencia, proveedor de las uvas de Vega Sicilia, pronto supo del poder de la calidad, de trabajo bien hecho y del esfuerzo.

¿El espíritu familiar es parte del éxito de la bodega?
No es parte, es el éxito total, es todo, máxime cuando tienes unas hijas que se vuelcan en cuerpo y alma, estoy gratamente sorprendido de su aportación a la bodega, como trabajan, lo bien que lo hacen, son sencillas, trabajadoras y con vocación. Me siento un hombre privilegiado sabiendo que todo lo que he creado con esfuerzo y sacrificio continuará porque viene la familia detrás y lo harán tan bien o mejor que yo. Es lo mejor que me ha pasado en la vida.

Estás en una denominación de origen que exige muchas normas. ¿Es posible unir innovación y tradición?
Yo creo que estamos en una zona privilegiada dentro de España, y dentro de la Ribera con 8 o 10 pueblitos que nos permite tener nuestros viñedos de gran calidad. Llevo muchos años plantando viñas, y conozco el campo. A veces no podemos poner tanta innovación porque hay mucha rigidez, pero por otra parte hay que agradecer al Consejo de Denominación de Origen que ayuda a que las uvas que crecen sean muy buenas, lo que queremos es mejorar la calidad de nuestros vinos.

Hay un debate sobre la incorporación de los jóvenes al mundo del viñedo, ¿Crees que el vino es una pasión que se hereda?
Con esa pasión se nace. Lo más importan- te en la vida es trabajar en lo que te gusta, y he tenido la suerte de trabajar en el campo desde muy joven y eso me fascina y lo disfruto. Los jóvenes aprenden lo que ven, en mi casa lo han visto. Tengo a mi hija Beatriz, enóloga con experiencia en el campo, y a María otra experta en marketing y ventas. Un equipo perfecto.

La clave del reconocimiento internacional de etiquetas como la de Carmelo Rodero Crianza que ha sido muy premiada. ¿Tiene algún secreto?

No hay ningún secreto, el vino se lo ha ganado. La gente sabe seleccionar los vinos y el boca a boca hace a la marca sólida. Respecto a las listas tengo que agradecer su labor, a veces no estoy a favor, pero siempre con respeto, agradezco a los periodistas y a los que elaboran esas listas.

¿La tecnología del vino está cambian- do mucho?
Esto está cambiando, con las redes sociales, el mundo digital y la tecnología, ahora todo lleva mucha velocidad, pero es más fácil que un vino de calidad se expanda. El mundo del vino es tremendamente complejo. Se puede hacer un mal vino de buena uva, pero no se puede hacer un buen vino de mala uva. La base es fundamental, la materia prima está en el campo. Yo tengo un sistema de vinificación por gravedad que patenté en 2004, con grandes resultados. Siempre busco mejorar la calidad del vino, con tipos de barricas, sistemas de vinificación, tecnología, cosechas, etc. Mejorar la calidad es fruto de la inquietud por excelencia.

¿Piensas en otros tipos de vino?

Solo hago vinos tintos, estuve a punto de hacer algo con variedad de vino blanco, pero mi planteamiento es seguir en mi región aunque me tientan otras regiones. Una bodega fuera de la zona representa un gran esfuerzo y un problema más, y de momento tenemos mucho trabajo en nuestra bodega.

¿Qué lecciones le ha dado el vino?

Te da lecciones continuas y te llevas muchas sorpresas. Lo más importante es tener las cosas claras, con fuerza de voluntad, teniendo paciencia, no ser avariciosos y pensar que la calidad está por encima de todo. Llevamos 33 años en el mercado y te vas haciendo un hueco, no debe pretenderse estar en la cumbre de manera inmediata.

¿Sueñas con algún vino?

Está en mi cabeza y a punto de salir un nuevo vino que es lo que le faltaba a esta bodega, un vino equilibrado, fresco y con frutos que ahora llevará la palabra Raza, Carmelo Rodero Raza. Además hemos logrado un vino que va a salir al mercado en breve, que dará la talla y será nuestro estandarte. Hemos podido hacer un vino excepcional de edición limitada, que nos dará una imagen y será una prueba de que podemos hacer cosas grandes. Estamos muy contentos. Algo muy sorprendente.

¿De los valores del campo qué des-tacas?

En el campo todo es prioridad, el éxito o el fracaso de una bodega es de todo un equipo, y todos los detalles son importantes. Yo creo en la cepa vieja, que se autorregula y se adapta a los cambios.

¿Cómo ves el futuro de la Ribera del Duero?

Creo que tenemos el privilegio de estar en la mejor zona de España, pero no tenemos que descuidarnos y pensar que está todo hecho, hay que mejorar siempre. Tenemos uvas de calidad y debemos conservar nuestras viñas aceptando la producción limitada. En España se producen los mejores vinos con la relación precio-calidad y eso es clave para el futuro.

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