Mientras muchos hablan del cambio climático con la tragedia de Valencia, ha ocurrido un fenómeno sobrecogedor que nos reconcilia con la humanidad. Cerca de 15.000 jóvenes voluntarios se han lanzado a ayudar a sus vecinos y damnificados. Cerca de 15.000 personas armados de palas cubos y sobre todo buena voluntad han dado una lección al mundo de solidaridad. Movilizados por las redes sociales se han organizado. Para apoyar distintas poblaciones donde no llegan los autos. Caminando se acercan al barro y la tragedia. Participan para combatir el desastre de la DANA.
Reciben instrucciones del recorrido y las tareas necesarias también de los kilómetros que deben recorrer. Estas columnas de voluntarios muestra una juventud solidaria y generosa. Ríos de gente en lección de humanidad frente a los ríos desbordados. Valencia merece esta generosidad.
En la costa mediterránea la región de Valencia ha vivido el mayor desastre natural del siglo. Con ríos desbordados, pueblos enteros bajo el agua en una lluvia infernal. Más de doscientos muertos y pueblos sin luz ni agua ni carreteras, además de numerosos desaparecidos.
Aquí un testimonio de Josef Ajram: “Hoy en mi familia hemos recibido a un pequeño batallón de chavales jóvenes que han venido a Picanya ha ayudarnos a sacar barro, limpiar, quitar muebles, etc… Los he bautizado como la UME, pero no la militar, (Unidad de Muchachos y Muchachas Extraordinarios). Si no fuera por estas personas no estaríamos avanzando y nos han dado un golpe de esperanza e ilusión, trabajando como máquinas. Gracias a todos. Qué grande ser valenciano y compartirlo con personas como estas”.
