FOTOGRAFÍA: D.R.
El encuentro con los músicos se produce entre camisas y pantalones, en un espacio muy exclusivo, la boutique de Scalpers, tras las entrevistas, un concierto privado, que como dice Giorgio Armani, “ahora el lujo es la privacidad”. Música y risas compartidas con una banda que vive su éxito con mucha sencillez. La música de Taburete se mezcla entre el pop rock, rancheras y boleros que se fusiona con el flamenco. Música atemporal que no quiere centrarse en una edad ni en una época.
Su éxito les llegó muy pronto y ellos comentan como lo vivieron: “con bastante naturalidad por no habernos separado de nuestro círculo de toda la vida, eso hace que no pierdas la perspectiva porque si te da algún delirio, te ponen los pies en la tierra, la gente al lado te dice que te calmes –si se te suben los humos de la fama”, explica Willy. En 2015 llegaron con su primer disco, en 2016 y 2017 llenaron dos grandes conciertos en el Palacio de los Deportes de Wizink Center, un triunfo meteórico. Antón recuerda, “disfrutamos y no cambiamos cada momento, damos gracias por la suerte que tuvimos”. Ahora con perspectiva siente más responsabilidad, más vértigo por el reto de mantenerse, llevamos ya diez años de carrera y queremos crecer, ahora en México cada vez notamos más el calor de la gente, y eso nos anima”. Aclaran que no trabajan con grandes sellos discográficos, todo es más orgánico. Llegaron hace seis años a México por primera vez al Lunario y acaban de tener un éxito rotundo en el Teatro Metropolitan, para ellos un lugar mítico donde tocar.

Ahora apoyados por Scalpers y conversando en la tienda no podemos dejar de hablar de moda y rock, dos pasiones que siempre han ido de la moda, pero Bárcenas se apresura a decir: “con la moda yo no ten- go ninguna relación, a mí no me importan la forma de vestir y Antón me dice que eso debo cuidarlo, me pongo camisetas de Taburete y ya”. Carreño no opina lo mismo: “cuando subes al escenario no te puedes vestir como si estuvieras en tu casa viendo el fútbol, ya que existe un respeto por el público, tampoco hay que disfrazarse, hay que tener un equilibrio entre ser tú mismo y una imagen adecuada”. Reconocen que tienen sus prendas fetiche: Antón una camisa roja y Willy unos pantalones verdes.
C. Tangana cuenta en un documental espectacular su angustia antes de un concierto en directo, Taburete lo vive de otra manera, “nosotros lo disfrutamos mucho, es un momento de premio para recoger todo el tra- bajo hecho, es lo que más nos gusta de todo”, responden a una sola voz. Willy subraya, “a mí me gusta componer, grabar, pero donde más disfruto es en el escenario, estás con la gente, el otro proceso es solitario, tenemos un público muy animado que nos llena de energía y en una gira que puedes estar más cansado el público te apoya y te empuja, ellos vienen a pasarlo muy bien”.
Antón acaba de llegar de la costa de Oaxaca, han estado por Monterrey, Guadalajara, Puebla, van conociendo México poco a poco. “Yo viviré aquí. Estoy convencido porque me encanta la Ciudad de México”, confiesa Bárcenas. Quieren conocer más sitios, de hecho, después del concierto se fueron a Puerto Escondido a descansar. Cuando hablamos de algún grupo que les inspire, sale el nombre de Hombres G, con los que hicieron una gira, pero aclaran: “nos gusta cualquier tipo de música, nos identificamos con grupos de una generación anterior”, y puestos a soñar les gustaría hacer un dueto con Los Panchos o José Alfredo Jiménez, cuyas canciones Willy escuchaba en el auto con sus padres y a Carreño también le gustaría tocar con Maná.
A Willy le gusta la canción española como Nino Bravo o Julio Iglesias, también las rancheras o Extremoduro, cosas diversas, “somos jóvenes con gustos viejos”, dice Bárcenas, “de cuando la gente cantaba”. Lejos de los conciertos y las grabaciones les gusta viajar, Antón es un gran deportista de surf y Willy apunta que la montaña saca lo mejor de él. Se dispone a viajar a Uganda, Etiopía y Pakistán. Pero Bárcenas: destaca, “Yo veo a México como mi segunda casa. No me pasa con ninguna ciudad, disfruto comer tacos, enchilarme, pasear”.