En la costa, entre el mar Caribe y el Golfo de México, hay una isla de arena blanca, donde vuelan flamencos y pelícanos sobre su mar azul. Reserva de la Biosfera Yum Balam… hablamos de Holbox. 
Un lugar privilegiado que conviene proteger, dentro de este paraíso encontramos otro, el Hotel Villas Flamingos, recientemente reomodelado, donde nos reciben bajo una palapa espectacular, casi a pie de playa con coctelería de alto nivel. Aquí el reloj se para y nos regala un descanso con la naturaleza como protagonista.
Por caminos de arena blanca iremos rumbo a nuestra estancia, donde el mar llena las ventanas y el paisaje, una playa espectacular de aguas tranquilas y transparentes. El interior de las habitaciones son auténticos templos del descanso con hospitalidad de lujo. Ducha bajo las estrellas y unas vistas al amanecer y al atardecer que no se olvidan. Suites a pie de playa, buena gastronomía, desde el desayuno y alberca espectacular con masajes para que nada falte.
El descanso también es interior, con clases de yoga y relajación de primer nivel que invitan a la meditación en este lugar único. Sonido, calma y alimento para el espíritu con un equipo de profesionales. Los pelícanos juegan cerca y también las casitas, bungalows, villas, forman este pequeño rincón de lujo y descanso un edén a 50 metros del mar esmeralda. Ha sido elegido entre los mejores hoteles boutique de playa del mundo, donde todos los detalles se cuidan.
El restaurante Mangle, con cocina de autor, el chef da un recital de cocina de ingredientes locales, como la langosta, ceviches y postres y nos propone cocina contemporánea con raíces mexicanas de altura, mientras vemos el mar hasta el atardecer. Ofrecen la mesa más cerca de la playa de todo Holbox.
El lobby es una especie de ‘Guggenheim de palapas’, espectacular obra de Alejandro D´Acosta. Una catedral de bambú que ya te invita al relax. El Nyuh Spa ayuda al descanso del alma. Un paraíso para viaje familiar y para vacaciones románticas, con suites con jacuzz y bajo una cúpula de palapa con vistas al mar.
El hotel facilita conocer los rincones de la isla y organiza rutas en catamarán para recorrer otras playas y otras vistas donde la vegetación se une al mar, mientras las aves nos acompañan,y descubrimos iguanas y estrellas de mar en un paisaje único. A la vuelta una cena romántica con las olas de fondo a la luz de las velas, un paraíso dentro del paraíso.
