Bajo el título las apariencias engañan, se presenta la más reciente muestra de la pintora mexicana en Estados Unidos. La exposición abarca su estancia en Nueva York, junto a Diego Rivera, hasta prendas de ropa, en las que ella ensalzaba su mexicanidad con orgullo, así como obras y objetos de joyería y piezas guardadas y ocultas desde su muerte, en 1954, e inventariadas en 2004.
Es la primera vez que algunas de las obras expuestas salen del museo La Casa Azul en Coyoacán. Ésta es la exhibición más grande de Frida realizada en Estados Unidos en los últimos diez años. En ella queda reflejada la personalidad de la artista, cómo defendía sus raíces, su política y hasta su discapacidad. Todo ello gravita en su obra con una fuerza sin igual.
Entre sus diversas obras icónicas destacan Autorretrato con collar (1933), Autorretrato con trenza (1941) y Autorretrato como una tehuana, Diego en mi mente (1943), que representa a Kahlo con la ropa tradicional de tehuana y un elaborado tocado con un retrato en miniatura de Diego colocado directa- mente sobre su frente.
Además, la exposición incluye retratos tomados por su padre, el fotógrafo Guillermo Kahlo, imágenes de la artista con su marido y estudios íntimos rea- lizados por muchos fotógrafos de renombre de la época, como Manuel y Lola Álvarez Bravo, Gisèle Freund, Nickolas Muray y Edward Weston. Una muestra que, a juicio de la directora del museo, Anne Pasternak, “contribuye a crear puentes culturales entre México y Estados Unidos”.
