Si cruzas, previa reserva, una puerta discreta en la calle 5 de mayo 47, entras en un mundo de sabores, aromas, sensaciones y tacos jamás visto. Hablamos de Taco Tasting Room. Con el chef Pepe Salinas, de El Balcón del Zócalo al frente de este gran proyecto. Una barra al estilo Omakase, con siete maestros de ceremonias detrás, nos brindan una carta de tacos, tostas o tlayudas que recorre toda la geografía de México, con técnicas e ingredientes muy diversos.
Te recibe un chamán, para que dejes atrás el bullicio de la ciudad y entres en un lugar tranquilo, sosegado, donde los sabores son protagonistas. La experiencia de degustación de unos doce platillos, casi todos tacos es un carrusel que se vive en penumbra y en éxtasis. Los platillos de cartón reciclado o recipientes de cáscara de huevo hablan ya de una experiencia sostenible.
Los 14 privilegiados sentados en la barra han superado una de las listas de espera más demandadas de la ciudad. La experiencia se puede disfrutar con maridaje donde aparecen vinos de México, espumosos, jerezanos, alemanes o italianos. Otro paseo de sensaciones.
También se ofrece mixología criolla con o sin alcohol. Nos sorprenden de inicio con un granizado de aguachile. Y empiezan a aparecer tacos cada cual más asombroso, tostada de cecina de Sonora con aguacate y hormigas chicatanas, se llevó grandes aplausos la enchilada de mole blanco, corazones de girasol y espárragos, atención a la quesadilla de langosta robusta de Baja California, con queso St Pauun, tostada de toro de atún aleta azul, inolvidable.
Tlayuda de escamoles, esquites de rib eye, taco de gaonera con carne de Wagyu, enchilada de mole negro con foie gras… flan de calaca y otras filigranas que dejan al comensal con la boca abierta y nunca mejor dicho. Un recorrido maravilloso, creativo, disruptivo y monumental sobre nuestros sabores, algo realmente único que ha convertido a Taco Tasting Room en la mesa más deseada de México.
